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GRAN BUENOS AIRES - QUILMES volver a
gran buenos aires

HISTORIA

Los Valles Calchaquíes, en Tucumán sirvieron de albergue a un pueblo que,
pese al paso del tiempo, sobrevivió con el nombre de "Quilmes". Su espíritu
guerrero, dicen, les impidió mantener una convivencia pacífica con sus  grupos vecinos… Hoy toda su historia quedó grabada en una porción de naturaleza tucumana que trascendió las fronteras provinciales y alcanzó el sur de Buenos Aires.

El origen de los Quilmes nadie lo conoce exactamente, pero se sabe que fue una población precolombina cuyos misterios lograron traspasar el límite de la mortalidad. La ciudad fortaleza que construyeron en los Valles Calchaquíes, aún se mantiene intacta y sigue concentrando las miradas de investigadores y turistas.

Pudieron haber llegado de La Rioja o Chile, según se dice. Pero la única certeza es que los caracterizaba una hostilidad particular, en principio con los pueblos vecinos y, más tarde, con los españoles. Cuando desembarcaron los europeos los Quilmes no quisieron someterse a sus "conquistadores" y desde el 1530 se desató una guerra que se prolongó por 130 años. Finalmente, fueron doblegados, y las familias que quedaron, obligadas a caminar hasta Buenos Aires. Por orgullo, la mitad se habría suicidado en el camino. Y con el correr del tiempo se extinguieron como pueblo. Sin embargo, su legado cultural los hizo sobrevivir…

Hoy Quilmes es una Ciudad  con identidad propia, situada en el sur del Gran Buenos Aires.

Diversas razones de índole topográfica, histórica, económica y cultural, han ido creando una brecha definitiva entre el hábitat quilmeño y las "luces del centro", más por imposición que por conveniencia, tal vez, pero generando un valedero localismo. De ese localismo siempre nos hemos ufanado los de Quilmes.
Existen importantísimos valores históricos en nuestra comunidad que aportan ignatos designios de localía. Quilmes es, todos sabemos, el fruto de un implante. Los Quilmes que nos dieron nombre , nos dieron también una raíz distinta; y aunque haya sufrido un largo genocidio, esa raíz está en el acervo, en el patrimonio idiosincrático de una comunidad que se realimenta, y que se reconoce como grupo.

En los últimos años se ha fortalecido asimismo un factor de corte económico, ante el excesivo "mirar al norte" de los factores de producción e inversión de Buenos Aires, como si de este lado del mapa no hubiera futuro. Ello ha permitido, como contrapartida, que Quilmes y Lomas de Zamora en el sur debieran asumir la capitalidad eventual de vastas zonas densamente pobladas, a las que de todas maneras hubo que dotar de una nueva centralidad, de una independencia ante la desprotección del eje porteño. Vemos entonces que, más por necesidad que por astucia, en Quilmes habrá que ir encontrándole la vuelta al desarrollo definitivo de un hábitat propio, cortando el cordón umbilical con la gran ciudad, mientras otras comunas "mejor posicionadas" podrán seguir encandilándose con "la city".

Una última razón, de carácter cultural, interactúa con este estado de desmembramiento metropolitano, siendo causa y efecto de la aparición paulatina de nuevos medios de expresión para las mayorías alejadas, con la posibilidad de nuevas apropiaciones vivenciales en terrenos que, hasta hace poco, eran impensados. Así pronto habrá en Quilmes 24 salas de cine, para citar un ejemplo.
Es así que, el equipamiento creciente, sustituye la necesidad de interacción a nivel metropolitano para solidificar las viejas identidades regionales. Un importantísimo, fundamental caso de esto es la creación de la Universidad Nacional, pilar científico en la posibilidad de ir en busca de la madurez comunitaria de nuestro Quilmes.

Evolución Historiográfica de Quilmes

Desde sus comienzos a nuestros días

Esta historia se inicia allá por el año 1580 cuando Juan de Garay luego de fundar la ciudad de Buenos Aires (segunda fundación), organizar su traza y ordenar el destino de estas tierras, procedió a repartir las primeras catorce suertes de estancia (tierras destinadas a la cría de ganado) ubicadas al sur del Riachuelo y sobre la costa del Río de la Plata, se define de esta manera la primera intervención del hombre sobre el medio natural. En una de estas suertes de estancia comienza a escribirse nuestra historia.

El sitio elegido, un lugar alto frente al Río de la Plata sobre una barranca que sirve de límite natural entre el bañado y una llanura con suaves lomadas, un punto estratégico a 20 m sobre el nivel medio del río dominando el paisaje circundante. La componente humana, un grupo de 200 familias de indios Quilmes y Acalianos procedentes de los Valles Calchaquíes. Esta mixtura dará inicio a la transformación del paisaje natural, estableciéndose en 1666 el primer poblado al sur del Riachuelo: la Reducción de la Santa Cruz de los Indios Quilmes. Toda Encomienda Real debía tener una iglesia y un cura, de esta forma se construye la capilla como testimonio del primer asentamiento poblacional. Pronto el clima, el desarraigo, las enfermedades, hacen que la población vaya disminuyendo contando para 1726 con sólo 141 indios.
La llegada de los otros pobladores, criollos y españoles dedicados al comercio y contrabando de cueros vacunos, dará origen al establecimiento de las estancias generando el desarrollo económico de la zona.

Por decreto del 14 de agosto de 1812 se da por extinguida la Reducción y se ordena el trazado del pueblo de Quilmes, sobre las tierras de la suerte de estancia que ocupaba la extinguida Reducción (Av. Zapiola en Bernal, calle Guido en Quilmes, hacia el este la barranca y al oeste un poco más allá del arroyo Las Piedras), tarea que se concreta recién en 1818 con la confección de los planos del mismo por el agrimensor Francisco Mesura.
La planta urbana que contaba con cuatro plazas respetaba como centro la plaza y la iglesia de la antigua Reducción y se extendía desde la barranca hasta la actual Av. Hipólito Yrigoyen y desde la Av. Alberdi hasta Av. Brandzen. Estas dos últimas avenidas definían el límite con las doce quintas de cuatro manzanas cada una que flanqueaban la planta urbana y desde la Av. Hipólito Yrigoyen hasta el arroyo Las Piedras se extendían las setenta y dos chacras de dieciséis manzanas respectivamente, luego se procedió al reparto de tierras y también la construcción de un templo, es así como en 1828 se levanta la primera iglesia de adobes cocidos convirtiéndose en la expresión y el símbolo del pueblo libre de Quilmes.

Para mediados del siglo XIX el pueblo contaba con iglesia y cementerio contiguo a la misma, una casa de altos frente a ella (esquina Mitre y Rivadavia), otras doce casas de aspecto común y algunos ranchos de caña y paja. Recién a partir de 1856 con la preocupación e intervención de los municipales y otros hechos que se irán sucediendo se comenzarán a ver los adelantos.
En 1872 llega a Quilmes el ferrocarril de Buenos aires a Ensenada, sus vías corren casi paralelas al viejo Camino de la Arena o de la Media Luna por donde circulaban las carretas y las diligencias, este elemento nuevo en el paisaje urbano definirá el límite o borde entre el pueblo y el campo, permitirá la llegada de nuevos pobladores oriundos de Buenos Aires que huyen de las epidemias de cólera y fiebre amarilla, facilitará también la llegada de visitantes a nuestra costa, quienes junto copn el tranvía a caballo recorrerán las calles para llegar a nuestra ribera para luego elegir a este pueblo como lugar de reposo y veraneo construyendo posteriormente sus quintas de fin de semana.

Los inmigrantes italianos en su mayoría serán los que le darán identidad a la vivienda urbana (arquitectura italianizante). Quilmes en 1880 se postula como candidata para ser la capital de la provincia de Buenos Aires, compitiendo con otras ciudades, el progreso era evidente, el ferrocarril es el medio de comunicación más seguro tanto para el transporte de pasajeros como para el de carga, facilitando el establecimiento de fábricas a la vera de sus vías, siempre del otro lado del pueblo. Este no sólo será el caso de la Cervecería en Quilmes sino también de Rigolleau en Berazategui, de la maltería en Hudson y de la papelera en Bernal, convirtiéndose en hitos o puntos de referencia para el viajero, brindándole identidad a cada pueblo y convirtiéndose en símbolos de prosperidad y progreso.

Comienza el siglo XX con la construcción de nuevos edificios públicos marcados por el eclecticismo: Escuela Nº 1, Palacio Municipal, Biblioteca, Registro Civil y Comisaría, la ciudad se prepara para estar a la altura de los festejos del primer centenario (1810-1910).
Finalizando este período se inaugura en 1915 La Rambla sobre la ribera, un complejo que cuenta con piletas, hotel, restaurante, confiterías y cine al aire libre, definiendo a Quilmes como centro turístico (el diario La Prensa lo compara con la Rambla Bristol de Inglaterra).
El 2 de agosto de 1916 por ley, Quilmes obtiene la jerarquía de ciudad debido a sus cuatrocientas cuadras pavimentadas (adoquinado), al Palacio Municipal, a los bancos de la Provincia de Buenos Aires y Popular de Quilmes, a la Escuela Normal, a sus industrias, su población, el ferrocarril y el complejo de La Rambla en la Ribera.
Este progreso facilitará el establecimiento de nuevas industrias, ya no a la vera de las vías de ferrocarril sino cerca de los caminos (1920) o del recorrido del tranvía eléctrico, generando la creación de barrios obreros en las cercanías de las plantas fabriles extendiendo de esta manera la trama urbana hacia la periferia, así es como comienza a poblarse La Colonia (Quilmes oeste) y Bernal oeste.

Con el mejoramiento de los caminos, obras de desague y fuerza motriz sumadas a ciertas franquicias impositivas para fortalecer la radicación de industrias se instalan en el partido a partir de 1930: Textilia S.A., La Bernalesa, Rhodia, Ducilo, etc.
Los dueños de dichas industrias construirán sus residencias en esta ciudad ocupando la zona de la barranca que poco a poco se irá caracterizando por su arquitectura predominantemente pintoresquista. Para 1946 Quilmes cuenta con setecientos cinco establecimientos industriales continuando en forma creciente el asentamiento de industrias en el partido y sus respectivos barrios obreros, principalmente sobre las avenidas 12 de Octubre, Av. La Plata, Calchaquí y Camino Gral. Belgrano. El comercio se afianza sobre las calles y avenidas principales de acceso a la ciudad y en el centro Rivadavia es la calle que nuclea la actividad comercial cotidiana.

La migración interna en busca de trabajo provoca una demanda de vivienda muy importante, que a pesar de los planes implementados por el gobierno no se logra cubrir y comienzan a generarse los asentamientos espontáneos en lugares marginales; aprovechando esta situación comienzan a lotearse sin planificación grandes extensiones de tierra, entre ellas las de San Francisco Solano, La Florida y Barrio Parque Calchaquí.
El evidente aumento de población en estas últimas décadas y los grandes loteos sin planificación de importantes sectores, determinan un crecimiento caótico del suburbio, así como también la especulación inmobiliaria y el auge de la propiedad horizontal, generan la densificación del área centro comercial con la construcción de edificios en altura (arquitectura de las inmobiliarias y empresas constructoras) provocando la demolición indiscriminada de edificios de valor patrimonial por especulación económica debido al valor del metro cuadrado.
El cierre de las grandes fábricas provoca el abandono de sus instalaciones con el consecuente deterioro de las mismas, influyendo por ende en su entorno; posteriormente estos grandes predios son adquiridos y ocupados por las cadenas de Hipermercados.
Las pocas grandes extensiones de campo a lo largo de las autopistas son ocupadas por barrios privados provocando la migración de muchos habitantes de las zonas urbanas, que abandonan la ciudad en busca de seguridad y una mejor calidad de vida, dejando sus residencias urbanas en manos de las inmobiliarias.

  • El 14 de Agosto de 1812 Quilmes es declarada como "pueblo libre" por el Primer Triunvirato.
    Por ese entonces, Quilmes era la principal ciudad ganadera de la Provincia de Buenos Aires.

  • En el año 1867, el entonces Intendente de la Ciudad, Augusto Otamendi construye el camino hacia la costa, que en la actualidad lleva su nombre. Cinco años después llega el primer ferrocarril, que sería de suma importancia para que Quilmes se convirtiera lentamente en una de las ciudades más industrializadas y de mayor importancia del país, dejando de lado la actividad ganadera. En 1890, se instala la Cervecería y Maltería Quilmes.

  • Corría el año 1914 y se construía en Bernal la Parroquia Nuestra Sra. de la Guardia. Cuarenta y seis años después, Bernal es declarada Ciudad. En el año 1977 la Calle Rivadavia es convertida en peatonal.

  • Quilmes tiene su Universidad.
    En 1990 en Bernal se crea el Rectorado de UNQUI (Universidad Nacional de Quilmes) y un año más tarde comienzan a dictarse los cursos regulares.
    La misma cuenta con carreras innovadoras para la educación universitaria estatal tales como: Biotecnología, Ingeniería Naval, Hotelería y Música Electroacústica, entre otras.

  • La Catedral
    I
    nstalada la reducción de los Indios Kilme se crea en ella una capilla, en cuyo alrededor se fueron asentando los primeros pobladores, convirtiéndose luego en el centro urbano de la ciudad.
    A mediados del siglo XIX, comienza la edificación de un nuevo templo que posteriormente fuera remodelado en varias oportunidades.
    Actualmente está ubicada en la intersección de la calle Mitre y la Peatonal Rivadavia, frente a la Plaza San Martín.

  • Los Indios "Kilme"
    E
    n 1666 fue trasladada a pie desde la Provincia de Tucumán una tribu de Amautas rebeldes contra el Imperio Inca y el sometimiento español, creándose de este modo la "Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Indios Kilme".
    Desaparecen por causa del desarraigo (a más de 1500 kms. de su hábitat natural) y el desconocimiento de la geografía típica del lugar que les complicaba sus posibilidades de vivir de la agricultura y de la ganadería.

  • Plaza San Martín
    H
    asta 1859 se la denominaba Plaza Mayor o Principal, y a propuesta del primer gran maestro que tuvo Quilmes, Robustiano Pérez, le fue otorgado el nombre de 25 de Mayo.
    Con posterioridad fue rebautizada con el nombre actual.

  • Rambla de Quilmes
    E
    n 1915 se inauguraron las instalaciones del balneario, con su amplia rambla de madera y dos espigones, donde más tarde se construyó algo muy poco común en aquella época: una pileta de natación. En la actualidad, con un diseño totalmente innovador, sigue en funcionamiento.
    Durante muchos años funcionó un cine al aire libre sobre el río, donde los visitantes de la ribera podían acceder al mismo presentando el boleto del tranvía.
    El escenario natural de selva en galería, desprendimiento de la selva amazónica, y una vista inigualable del Río de La Plata, han sido los pilares para que Quilmes sea bautizada "La Princesa del Plata".
    En la actualidad la Costanera de Quilmes, totalmente renovada, cuenta con una espectacular arboleda sobre la playa, un balneario lo suficientemente amplio como para satisfacer todas las necesidades del visitante, con deportes náuticos, paseos a caballo, bicisenda, estadio de volley y otras actividades.
    También cuenta con todos los servicios que el turista necesita para su esparcimiento: parrillas, restaurantes, confiterías, bares, discotecas, etc.

Santa Coloma

Testigo de la Historia

 Es testigo de su tiempo y valuarte de la memoria. La casa de Santa Coloma no sólo es un Monumento Histórico sino la construcción más antigua de la ciudad. Un lugar más de nuestra identidad que se debate entre su débil existencia y el derrumbe.

Junio de 1807. Llovía en las costas del Río de la Plata. La fuerte sudestada inundó los bañados y el caudal de los arroyos hacía la ribera intransitable. Desde enero el alcalde de la hermandad Juan Blas Martínez, ordenó reforzar las defensas locales ante un inminente ataque inglés. Un año antes, las costas de Quilmes fueron protagonistas del desembarco de los invasores.
El fuerte viento y el agua retiraron de las costas a los navíos en el puerto de Buenos Aires. Las costas no permitían el ingreso de las embarcaciones a tierra firma. Pero fue a algunos kilómetros de allí donde la historia comenzaba a escribirse. El 28 de junio de 1807, tropas inglesas desembarcaron en las costas de la Ensenada. Las defensas móviles españolas que estaban instaladas en Quilmes se replegaron hacia Buenos Aires.
Al avanzar sobre Quilmes, las tropas inglesas se liberaron de sus mantas para aliviar su equipo y formar un puente sobre el lodo. La resistencia criolla y española atacaba fugazmente a los invasores a la vez que se replegaban hacia el norte. Mientras tanto, el General Lewinson Gower, comandante de esa vanguardia inglesa, recibió órdenes de continuar la marcha hacia la metrópoli. El grueso de la campaña llegó más tarde al mando del General John Whitelocke, quien tenía a su cargo más de siete mil hombres. La Segunda Invasión Inglesa comenzaba a gestarse. En su camino, las tropas inglesas buscaron refugio. Y fue la propiedad de un oidor del Cabildo de Buenos Aires, Don Juan Antonio Santa Coloma el lugar para el campamento inglés.
Las tropas inglesas continuaron su marcha al día siguiente y se rindieron el 5 de julio de 1807 ante las fuerzas españolas.

La leyenda

Juan Antonio Santa Coloma era un español que compró las tierras de su propiedad el 30 de octubre de 1805 a Juana Nepomucena de Echeverría. Entre ese año y el siguiente ordenó construir su casa con mano de obra esclava de Africa. Una inmensa propiedad que originalmente medía 32 metros y era un típico exponente de las viviendas rurales del siglo XVIII: simple y con austeras fachadas. En la actualidad se conservan unas ocho habitaciones de las diecisiete que llegó a tener: dormitorios, comedor y sala de recibo, capilla, almacén de forrajes, despensa, granero, horno de pan, caballerizas, cocheras y dependencias de la servidumbre.
Los materiales con que se construyó eran los corrientes de la época: muros de ladrillos asentados en barro y revocados a la cal, cubiertas de azotea con tejas sostenidas por rollizos de palma, y pisos de ladrillones.
Cuenta la leyenda del lugar que Santa Coloma mandó a uno de sus esclavos enterrar su tesoro en las cercanías de su casa. La memoria popular alimentó la historia entre los lugareños y los niños. No hay pruebas de la existencia del tesoro, pero es un elemento más de la memoria colectiva.

Santa Coloma vivió en la casa con su esposa y sus once hijos hasta 1829, año en que murió. Una vez muerta su madre, los herederos pusieron en venta la propiedad en 1868. La última propietaria del lugar fue Gerónima Léxica de Cramer. Y son sus hijos quienes donan la casa a la congregación de Hijas de María Auxiliadora, que a partir de 1868 pasó a ser parroquia y desde 1976 es propiedad del Obispado de Quilmes.
Desde el 10 de diciembre de 1945, por iniciativa de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, la casona de Santa Coloma fue declarada Monumento Histórico Nacional por el Poder Ejecutivo Nacional.

Breve Historia de Cerveceria Quilmes

El señor Otto Peter Bemberg, nació en la ciudad de Colonia, Alemania y llegó temporalmente a Buenos Aires por primera vez en 1852, a la edad de 23 años. Al año siguiente regresó a la Argentina y se casó con doña Luisa Ocampo. Se estableció en el país con la ayuda de sus padres, fundando una empresa que se dedicó a la importación de tejidos y a la exportación de granos, cueros, lana y charque.
En 1860, asociado a capitales franceses fundó la destilería de alcohol de grano Franco - argentina en la localidad hoy llamada Guillermo E. Hudson.
En 1862 y 1870 fomentó la colonización de la provincia de Santa Fe, durante los gobiernos de Mitre y Avellaneda.
El 27 de septiembre de 1888, Otto Peter Bemberg y su hijo Otto Sebastián fundaban, junto con un grupo de inversores, la Brasserie Argentine Sociedad Anónima, con sede en París y con un capital social de tres millones de francos. A su vez, el 21 de octubre de 1887, se comenzó a construir en Quilmes un establecimiento dedicado a la fabricación de cerveza. El 31 de octubre de 1890 comenzó la producción y la venta, con la marca que rescataba la antigua denominación indígena de la localidad y que, con el transcurso del tiempo, se transformaría en sinónimo del producto: Quilmes.
Este nombre se adoptó años después por la empresa nativa en Francia, que en 1901 pasó a denominarse Brasserie Argentine Quilmes, símbolo de la unión de un país promisorio con quienes provenientes de Prusia, tuvieron la fe, visión y tesón necesarios para triunfar en la Argentina.

Los primeros cien años

 
Cervecería y Maltería Quilmes de Argentina cuenta hoy con más de un siglo de trayectoria e identificación con el país y desde entonces, el espíritu pionero de la "Casa Bemberg" se plasmó en obras y realizaciones que acompañaron el desarrollo nacional.

Las inversiones crecieron ante los requerimientos del mercado, el que valoró el esfuerzo industrial centrado en la calidad del producto.

En 1905, el Grupo Bemberg construyó por cuenta del gobierno de la provincia de Buenos Aires el Ferrocarril de La Plata al Meridiano V.
El rápido crecimiento de la industria cervecera determinó que en 1907 se comprara la Cervecería Schlau de Rosario para satisfacer la demanda de las nuevas zonas colonizadas.  En 1908 se participó en la formación de la sociedad Ferrocarril de Rosario a Puerto Belgrano, que concretó esa obra.
En ese mismo año se construyó la línea de tranvías eléctricos que unió Quilmes con la Capital Federal. Paralelamente se instaló el sistema de aguas corrientes que aún funciona en la ciudad de Quilmes. En 1911 se hicieron los primeros ensayos de producción  de cebada cervecera con semillas importadas, las que serían reemplazadas por variedades locales, evitándose así la importación de malta.
En 1912 se adquirió la Cervecería Palermo; en 1917 se iniciaron los ensayos de malteado en la planta de Hudson, produciéndose la primera malta de cebada argentina, al mismo tiempo, y con el fin de sustituir importaciones, se estableció en Quilmes la fábrica de tapas Corona.

En 1915 y 1920 se construyeron las Cervecerías del Norte en Tucumán, de los andes en Mendoza, se reconstruyó totalmente la Cervecería Schlau de Rosario y se modernizó la Cervecería Palermo de Buenos Aires. En 1920 se fundó la Compañía Argentina de Levaduras S.A., primera fábrica en la Argentina dedicada a fabricación de levadura para panificación. en ese mismo año se establecieron fábricas de hielo y de gas carbónico en Rosario, Córdoba, Paraná, Rafaela y Bahía Blanca.

 En 1923 se levantaron las casas para el  personal, cerca de la Cervecería, con una parquización que sigue siendo orgullo de la comunidad. En ese mismo año, culminando doce años de ensayos, se distribuyó semillas de cebada cervecera totalmente argentina, sembrándose una extensión de 500.000 hectáreas. Poco tiempo después, el país se transforma en exportador de cebada. En 1923 y ante las dificultades que enfrentaba el gobierno argentino para cubrir la emisión de un Empréstito Patriótico, la Casa Bemberg dio su garantía al mismo, logrando su colocación en el mercado internacional por un total de cien millones de pesos.
En 1925 se extienden las operaciones hacia la selva misionera, se construye Puerto Bemberg con casas, iglesia, escuela, hospital, en el mismo predio donde hoy funciona un importante centro forestal.
La primera importación de lúpulo por avión data de 1937. Hoy se obtienen variantes locales con nivel de calidad internacional reconocida por los mejores productores del mundo. En 1943, a orillas del Paraná en Rosario, provincia de Santa Fe, se levantó la Maltería SAFAC.
En 1988/1989 se terminó y puso en funcionamiento una nueva planta  cervecera ubicada en la provincia de Corrientes con una inversión de 35 millones. A su vez, en 1991 en Chile se construyó y comenzó a operar una planta cervecera que demandó una inversión de U$S 30 millones.
Por último en 1992 en Zárate, provincia de Buenos Aires, entró en producción una nueva planta con una capacidad de 2.200.000 hectolitros/año con una inversión de U$S 71 millones. La misma fue ampliada en 1994 en 2.000.000 de hectolitros/año.

EL DESAFíO DEL SEGUNDO SIGLO.

A partir de 1991 Quinsa, Quilmes Industrial S.A asumió el manejo y control de las operaciones industriales de bebidas que el Grupo tiene en América Latina. Desde entonces Quinsa ha encarado desafiantes iniciativas que la han convertido en lo que hoy es, la empresa más importante de bebidas tanto en Argentina como en el resto de los países donde opera. En el negocio cervecero Quinsa estableció operaciones en Paraguay en 1932, en Uruguay en 1965 y en Chile a fines de 1991. En 1996 Quinsa adquirió dos cervecerías en Bolivia.
En Argentina en 1994 incursionó en el negocio del agua mineral. Desde 1965 Quinsa opera en el negocio de gaseosas con una Embotelladora de Coca Cola en Paraguay.

 

 

En 1999 adquirió BAESA (Buenos Aires Embotelladora S.A), la principal embotelladora de Pepsi Cola en Argentina. Esta adquisición, la más importante en la historia del Grupo Bemberg, le permite consolidarse en el negocio de bebidas. Quinsa es un holding con base en Luxemburgo, que controla el 85% de Quilmes International Bermuda Itd. El 15% restante pertenece desde 1984 a Heineken International Bier BV, que presta apoyo tecnológico a las compañías del holding. Las acciones de Quinsa se cotizan en las bolsas de Luxemburgo y de Nueva York. Hoy, Quinsa se encuentra implementando un ambicioso programa de expansión y crecimiento, concentrando sus actividades en dos rubros principales: bebidas y agroindustria. En el rubro Bebidas, Cervecería y Maltería Quilmes en Argentina representa la operación más importante del Grupo. En un mercado argentino crecientemente competitivo por la envergadura y calidad de las empresas que de él participan, las marcas Cervecería y Maltería Quilmes mantienen un 70% del mercado. Para ello se estuvo preparando Quinsa, mediante un profundo programa de actualización tecnológica, tanto en equipamiento como en calidad de gestión.
En la actualidad operan en la Argentina seis plantas cerveceras: en la provincia de Buenos Aires en las localidades de Quilmes, Zárate y Lavallol; en Cuyo en la provincia de Mendoza; en Tucumán; y en el litoral de la provincia de Corrientes. Para abastecer a más de 270.000 bocas de venta se dispone de una amplia red de distribución asentada en modos logísticos estratégicamente ubicados a lo largo de una extensa geografía. Dicha red está siendo equipada con las más modernas tecnologías informáticas y de comunicación, que le confieren gran versatilidad e inmediata capacidad de respuesta.

El portafolio de marcas en la actualidad está integrado por Quilmes Cristal, Palermo, Liberty (variedad sin alcohol), Quilmes Bock, Quilmes Light, Iguana, Bieckert, Imperial; Andes, Norte, Heineken e Iguazú (producto de exportación). El esfuerzo en tecnología y manejo de productos está soportado por una intensa actividad publicitaria y promocional, donde se reflejan los mismos valores de calidad, excelencia y respeto al consumidor con que se manejan los aspectos referidos al producto.

La construcción de la planta de agua mineral en Tunuyán, con una inversión de 32 millones de dólares representa un claro ejemplo de la implementación de la estrategia de expansión de Quinsa en el área de bebidas. Su puesta en marcha se operó en noviembre de 1994.
Agroindustrias constituye la fuente de abastecimiento de materias primas para la producción de cerveza de las plantas.
En febrero de 1994 se inauguró la nueva Maltería Tres Arroyos, con una capacidad de producción de 91 mil toneladas por año, que demandó una inversión de 35,4 millones de dólares.

En sus campos experimentales en la provincia de Buenos Aires lleva a cabo importantes investigaciones de genética vegetal de la cebada. Cada año la compañía distribuye semillas de cebada entre productores y mediante acuerdos de mutua convivencia se garantiza el adecuado suministro para las malterías

Bernal
Historia y futuro

Bernal cuenta con un patrimonio edilicio como pocos, y varios son los lugares y casonas que mantienen vivo el resplandor de otras épocas. Una verdadera reliquia de aproximadamente 1850, es la casa ubicada en la esquina de Zapiola y Dorrego; la mandó construir quien fuera uno de los primeros pobladores de Bernal, M. Bagley (el mismo que fundara la fábrica de galletitas); con el andar del tiempo fue vendida al ingeniero Alfredo De Marchi, cuñado de la hija del Gral. Julio A. Roca, por lo que se menciona que en más de una oportunidad la casa fue visitada por el General.

El punto de referencia como en toda ciudad atravesada por las vías, es la estación; se sabe que en 1878, don Félix Bernal donó las tierras para establecer una parada de trenes. En la intersección de la calle Espora y las vías se construyó una casilla para destinarla a la estación. La empresa que hacía el servicio de trenes era "Ferrocarril de Buenos Aires a Ensenada" que en 1898 pasa a ser propiedad del Ferrocarril del Sud.
Más adelante, al pasar los ferrocarriles a manos del Estado se denominó "General Roca". En 1900 se inaugura el edificio de la estación frente a la calle 9 de julio, comunicado directamente con la casa de Félix Bernal. Aún pueden verse a la salida e la estación hacia Barrio Parque (Avenida Sáenz Peña) los dos grandes pilares que sostenían los portones de la entrada.

Pero no todo es historia en Bernal, el año 2000 encuentra una ciudad que crece en lo edilicio, lo comercial y fundamentalmente en lo cultural. Un completo centro comercial se concentra sobre la arteria principal, 9 de Julio, parte de la calle Belgrano y la avenida San Martín que corre paralela a las vías. En los últimos años la ciudad resignó parte de su serenidad ante la llegada de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQUI), ubicada en Saenz Peña 180, Barrio Parque, que desde su creación crece incesantemente y le suma a Bernal un polo educativo y cultural de importancia nacional, acompañado de un movimiento constante de jóvenes.

Las Campanas de Cordenons... un milagro de Navidad

Un día de junio de 1951, partía de Cordenons (Italia) para la Argentina, un joven emigrante de 22 años, llamado Gilberto Bianchet; eran las doce menos diez, iba solo en el autobús hacia el puerto de Génova. Al pasar frente a la Iglesia, le pidió al conductor que se detuviera frente al campanario y parase el motor; era el único pasajero y quería escuchar, quizás por última vez aquel replique de las campanas que había escuchado desde su nacimiento.
Dieron las doce campanadas e inconscientemente él ligó ese número a su futura ausencia: 12 meses?, 12 años? o no volveré nunca más a mi pueblo natal?

Llegó a la Argentina y pasado el tiempo, se casó con una joven de su mismo pueblo y se radicaron en Barrio Parque, Bernal.
En diciembre de 1984 recibe en su casa, para las fiestas navideñas, al señor Renato Appi, poeta y escritor de su pueblo y juntos participan de la Misa de Gallo en la Iglesia de Nuestra Sra. de la Paz, al finalizar el acto religioso, el Sr. Appi le pregunta a Bianchet: -¿Aquí no acostumbran a hacer replicar las campanas en Navidad?-.
La respuesta de Beto fue -no tenemos campanas, ni campanario-.

Y en ese momento se produjo el milagro de Navidad. El Sr. Appi mediaría en Cordenons para que aquel pueblo donara las campanas y los habitantes de Barrio Parque, harían el campanario, estableciendo un puente de amistad entre los dos pueblos.
Allá en Italia pusieron manos a la obra, ya que todos tenían algún famiiar o amigo en la Argentina; se hicieron festivales folclóricos para recaudar fondos, colaboró el Municipio y las asociaciones de jubilados. Las campanas que hoy luce el campanario, fueron encargadas en una fundición de Veneto, que desde 1453, se dedica a la fabricación de estas piezas con verdadera maestría.
En tanto el Padre Rumbo obtuvo la autorización del Obispo Jorge Novak y escribieron una carta la que tradujeron, publicaron e hicieron conocer a todo el pueblo; el sobre llevaba impresa la figura del futuro campanario del que se había hecho un esbozo.
Por fin y después de muchísimas peripecias y sinsabores, el domingo 6 de mayo de 1990, fueron inauguradas.

En homenaje a Gilberto Bianchet, el reloj tiene sus manecillas indicando las doce menos diez, aquella hora de la partida de su pueblo natal y en la que nació esta historia, por ella, es un placer y una emoción diaria, para todos los que vivimos en Barrio Parque, escuchar el replique de las campanas de la Iglesia de Ntra. Sra. de La Paz.

Características
Sonido Peso Institución
DO 210 Kg. Nuestra Señora de La Paz de la Guardia de Bernal, Santa María Maggiore Cordenons. Reza por nosotros.
RE 150 Kg. Santa Francisca Cabrini Ayuda nuestros emigrantes.
MI 110 Kg. Señor dale paz a nuestros muertos.
En las tres, además dice: Año de la Paz 1986 - Fondería Ing. Poli-Vittorio, Veneto-Italia.

La confección de las campanas es perfecta. Su pulido es color oro, y sus sonidos son del timbre indicado exacto, fueron verificados por el vecino de la iglesia y músico señor Karinkanata.
Las Campanas de Cordenons, son una verdadera obra de arte!

SAN FRANCISCO SOLANO

Los ojos de los querandíes se perdían en la inmensa planicie ondulada, quebrada aquí y allá por un solitario árbol.
Una alfombra verde, de color verde tierno del trébol, se extendía en toda su anchura limitando en el fondo azulado con el horizonte.
La imagen se cortaba a veces por el vuelo rasante de algún ave, cotorras, tal vez que se perdía en la alfombra verde o en los matorrales.
El clima templado, benigno, facilitaba el desplazamiento de los querandíes por la zona. Buscaban huevos, raíces, alguna mulita, venados, liebres, vizcachas o perdices, cigueñas, garzas, chorlitos, patos y teros, cuyos huevos y carne, complementara su dieta abundante en peces de los próximos arroyos y ríos.
Ellos eran los "come grasa", como los llamaban sus vecinos por comer las grasas de los peces abundantes en los bañados costeros.
En los bañados costeros abundaban, además, los juncos y cortaderas, así como los sauces, ceibos, los que llamaban "suiñandi" del litoral, diferente de la ceiba del norte.

En la planicie espinillos, distintas acacias, porotillos, enredaderas como mburucuyá, zarza, moras, tasis, etc.
Tal vez el silbo de mixtos y jilgueros acompañara las tranquilas siestas y al atardecer el arrullo de las torcacitas, especialmente en verano.
Algún hornerito laborioso ensayaba la construcción de su casa, bajo las miradas atentas de los niños, y el revoloteo gentil de un picaflor.
Por las noches, los chistidos de una lechuza obligaban a dormir con miedoso sueño a algún indiecito desvelado.
En las lomas, las ondulaciones, se encontraban pequeños montes de talas, espinillos, algarrobos, chañares y otras especies hoy desaparecidas, grandes montes de durazneros que proporcionaban abundante fruta y leña.

Esta vida de andar lento se vió interrumpida brutalmente con la llegada de otros hombres que portaban una cultura diferente sostenida desde una fe que no respetaban otras creencias por considerarse la verdadera y una cultura que tampoco respetó otras culturas por considerarse superior.

El pago de la Magdalena

En el año 1580, el 11 de junio, Juan de Garay, proveniente de Asunción fundó, la ciudad de Buenos Aires en las proximidades del asiento que Pedro de Mendoza intentara en 1536.
El 24 de octubre del mismo año repartió las tierras desde el centro y sus alrededores , entre sus acompañantes.

Las tierras destinadas para chacras y labranzas fueron las del norte hasta el Río Las Conchas, así como las del oeste y el sur del Riachuelo, fueron entregadas como suerte de estancias para ganados.
Las Leyes de India, y las Ordenanzas de Poblaciones, establecían a que iban a ser destinadas las tierras para labranza o pastoreo.
La suerte de estancia que ocupa hoy a Don Bosco fue entregada a Luis Gaytaán que se ausentó prontamente del lugar, las tierras de Bernal fueron entregadas a Pedro Geréz (o Jeréz), Pedro de Quiróz lo que es Quilmes y Pedro de Izarraga las tierras de Ezpeleta y San Francisco Solano, Alonso Gomez las de Villa España hasta el arroyo Conchitas.

Quilmes, madre de las ciudades

En 1666 trajeron a estas tierras desde los Valles Calchaquíes a la brava gente de los Quilmes, quienes se resistieron en su tierra natal y lo hicieron también en estas tierras desde la Reducción de Exaltación de Santa Cruz de Los Quilmes. Aquí sufrieron el desarraigo, y el castigo de no poder mantener su cultura, su lengua y su religión. Suavemente fueron languideciendo, sin esperanzas de poder retornar a sus montañas y valles, su aire seco, el viento y la humedad de estas tierras les hacían sentir aún más su extrañeza.

El partido a fines del siglo XVIII abarcando los actuales partidos de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Alte. Brown, Florencio Varela, Berazategui, parte de La Plata y Ensenada, además del de Quilmes.
El Triunvirato resuelve en 1812 suprimir la reducción y convertir a Quilmes en "pueblo libre".
El primero en lograr su autonomía municipal, en 1852 fue Barraca al Sud, actual Avellaneda que incluía las tierras de Lanús, la que a su vez se independizó casi un siglo después. en 1861 se separa Lomas de Zamora, en 1873 Alte. Brown, en 1891 Florencio Varela y el último desgarramiento que sufrió el viejo hogar quilmeño fue la autonomía municipal de Berazategui en 1960.

A su vez dentro del distrito los antecedentes de subdivisión en las localidades actuales:

Don Bosco: En 1894 se establecieron en Bernal los sacerdotes salesianos y poco después las Hermanas de María Auxiliadora. La influencia de estas congregaciones hace que en 1929, los vecinos de la hasta entonces llamada Estación KM.13, piden que se de a la misma el nombre de Don Bosco y el 4 de noviembre de 1929, por un decreto del Poder Ejecutivo Nacional se bautiza a la ciudad con ese nombre.

Bernal: El cuartel II del partido de Quilmes toma el nombre de Bernal hacia el año 1878, al inaugurarse la Estación del Ferrocarril en terrenos que fueron donados por Felix Bernal, que se afincaría en estas tierras hacia 1850.

Ezpeleta: La fecha de fundación del pueblo no se puede precisar, pero se puede establecer que el 8 de enero de 1891, Donato Sagré, Justo Carballo y Simón Ezpeleta piden a la municipalidad la aprobación de la traza del pueblo hecha en terrenos de la propiedad de Ezpeleta.

San Francisco Solano: Las tierras que hoy forman San Francisco Solano, permanecieron sin fraccionarse, totalmente despobladas hasta 1948 aproximadamente, y en dicho año la Dirección de Geodesia del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires aumenta la subdivisión de las tierras para que luego se fundase el pueblo.
Por Ordenanza Nº 1803 del 23 de septiembre de 1949, la Municipalidad de Quilmes denominó a esas tierras San Francisco Solano.

Tomó información del libro "Historia del pueblo de San Francisco Solano y Villa La Florida" de Luis Gerardo Barbieri para contarles sobre los orígenes de las "Chacras de San Francisco".
"El 17 de febrero de 1773 el convento de San Francisco que se levantaba en la Capital Federal, compró a Félix de la Cruz una extensión de campo de unas 240 cuadras en el paraje denominado antiguamente Cañada de Gaete.
A su vez la descendencia del capitán don Pedro de Izarraga hicieron donación al convento de San Francisco de una extensión importante donde los religiosos levantaron algunas construcciones y realizaron plantaciones de hortalizas y frutales conocidas con el nombre de Chacras de San Francisco.
En 1871 el convento vendió los terrenos y fue sucediéndose en la familia Obligado hasta el casamiento de una heredera con don Pedro Claypole.
En 1948, la Dirección de Geodesia del ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires autorizó la subdivisión para las tierras para previo loteo, fundar un pueblo. Se estableció que se llamaría Paulino Barreiro que era el nombre del Juez de Paz asesinado por la mazorca el 18 de septiembre de 1840, por unitario, según reza en la partida de defunción de la Iglesia de Quilmes.
Inexplicablemente, sin ninguna información del Concejo Deliberante que había dado el nombre de Barreiro por Ordenanza Nº 1803, el 23 de septiembre estableció denominar el lugar San Francisco Solano y ya el 15 de mayo de 1949, se realizó el primer remate de la compañía Tulsa en San Francisco Solano quedando fundado el pueblo.

Fuente:

Tomado del sitio: http://www.quilmesvirtual.gov.ar

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