SU HISTORIA
En un
principio compartía el territorio con sus vecinos de
Almagro, San Cristóbal y Parque de los Patricios y
las antiguas parroquias de San Carlos o San
Cristóbal. Boedo es el único caso en que un barrio de la
ciudad toma el nombre de la calle que lo caracteriza. La
Av. Boedo fue designada como tal en el año 1882, en
homenaje al Dr. Mariano Joaquín Boedo, brillante
jurisconsulto salteño nacido el 25 de julio de 1782 que
fue diputado por Salta y uno de los signatarios del Acta
de la Independencia Nacional. Dedicó su vida a la causa de
la independencia, desempeñando importantes funciones que
culminan con su nombramiento como Vicepresidente del
Congreso de Tucumán, jurando como tal la Declaración de la
Independencia. En 1817 se lo elige presidente, falleciendo
en la Cdad. de Bs. As. en abril de 1819, a la edad de 37
años.
El territorio que hoy corresponde a Boedo fue en su origen
ocupado por hornos de ladrillos, tambos, molinos
panaderos, algunas pulperías y almacenes y, a principios
del siglo, aparecen los cafetines con tango... mucho tango
y presencia de malevos y poetas.
CARACTERÍSTICAS
Pese a que por
las letras de los tangos podemos pensar en Boedo como un
barrio antiguo, es uno de los más jóvenes, ya que recién
en 1972 se divide el barrio de Almagro y Balvanera pasa a
tener entidad propia. Fue un barrio típico de casas bajas,
estilo "chorizo", repetidas y monótonas, con sus dos
tradicionales patios separados por el comedor y la sala de
adelante, que generalmente estaba ocupada por un
inquilino. Hoy es una barriada residencial y tranquila,
con casas antiguas que hacen contraste con las modernas
viviendas edificadas actualmente. La Autopista AUI (25 de
Mayo), cruza el barrio - de este a oeste -, paralela a las
Avenidas San Juan y Pavón. Si bien no tiene espacios
verdes, las veredas tienen hermosos y añejos árboles que
dan vida a este barrio.
SUS CALLES
PRINCIPALES
-
San Juan y Boedo: es la
esquina más famosa, no solo del barrio sino de la ciudad,
es la de . Allí estuvo el "Café del
Aeroplano", que luego se llamó "Nippon"
y más tarde "Canadian".
Homero Manzi inmortalizó esa esquina a partir de
su composición de la letra del tango "Sur".
Hoy el café lleva el nombre de "Esquina
Homero Manzi" que fue declarado "Sitio Histórico
Nacional" por Ley 24.704 e incluido, recientemente, como
"Área de Protección Histórica".
- San Ignacio y Boedo:
clásica esquina que fue tradicional por constituirse,
durante muchos años, en tribuna proletaria. Fue frecuente
escuchar allí las voces de los principales pensadores del
partido socialista. En años más recientes (década del
'80), la cortada fue escenario de las primeras
exposiciones de escultura "a cielo abierto" que se
realizaron en Buenos Aires. Una milonga titulada
precisamente "Cortada de San Ignacio",
con música del maestro Horacio Salgán y letra de Carmelo
Volpe, recuerda el lugar. Dicha esquina fue bautizada como
esquina "Escultor Francisco Reyes",
en homenaje a este laureado plástico, distinguido vecino
de Boedo.
- Café Dante: de la calle
Boedo 745, fue famoso pues en él se reunieron los
jugadores, dirigentes y aficionados del Club San Lorenzo
de Almagro. También fue lugar de encuentro de distintas
peñas y de los miembros de "La
República de Boedo", institución que existió desde
1938. Tuvo, simbólicamente, su autonomía política. Su
escudo representa todos los intereses locales: una pluma,
una guitarra, el casco de Mercurio, una pelota de fútbol y
una paleta con pinceles.
- Café La Puñalada: de Boedo
y Chiclana, fue punto de reunión de hinchas del club
Huracán, declarados adversarios de sus vecinos de San
Lorenzo de Almagro. Era frecuentado por el poeta Julián
Centeya.
- Café El Capuchino: otro
café famoso pero ya desaparecido. Aquí supo bailar Ovidio
José Bianquet, apodado El Cachafaz, uno de los más famosos
bailarines de las primeras décadas de este siglo.
- Centenera y Tabaré: en esa
zona gris entre Boedo y Pompeya- donde Manzi situó su
"Mano Blanca" y el corralón donde guardaban la "chatita
celeste", permanece la letra del tango escrita en una
pared.
PLAZAS, FERIAS, MONUMENTOS, MURALES, ETC.
-
Placita de los vecinos:
Existe un solo espacio verde, creado por vecinos sobre
terrenos de la Av. Independencia, entre José Mármol y
Muñiz de cuyo cuidado se ocupa la Asociación Civil Vecinal
Florentino Ameguino. El lugar es tan pequeño que solo
tiene un frente de 30 metros por 80 m. de largo. Se
observa una placa que recuerda a la primera presidenta de
dicha asociación, D. Sara Vaamonde por lo cual también se
lo llama "Paseo Sara Vaamonde".
- Calesita del Paseo Sara Vaamonde:
ubicada en Independencia 4246. El año
2006
marca la vuelta de la nueva calesita comandada por
Alejandro Teyes. Ha sido reconstruida de la base anterior,
que fue fabricada por una empresa de la localidad de Lomas
de Zamora. Tiene el plato colgante con un biombo integrado
en chapa, en el cual se lucen motivos infantiles pintados
por el mismo Alejandro. Los juguetes móviles son 6
caballitos, un Bambi, un canguro, un burro y una vaca. Los
fijos son una nave espacial, un autito deportivo, una
lancha, un pescado, una moto y un helicóptero. En este
mismo lugar funcionó una calesita desde 1990 hasta el año
2004. En este predio, cuidado por la Asociación Civil de
Vecinos Florentino Ameghino (A.V.E.F.A.), había sido
instalada, bajo el mando del calesitero Rodolfo Lorenzo
Aguirre Berri, para que la continara atendiendo su hijo
Alejandro hasta el momento en que dejara de girar
(ocurrido en 2004).
información obtenida de
www.lascalesitas.com.ar
PERSONAJES FAMOSOS Y ANECDOTAS
-
Homero Manzi: el poeta autor
de centenares de piezas de música ciudadana (tangos,
valses, milongas, canciones, bailecitos, y hasta canciones
de cuna). Libretista y argumentista en más de veinte
producciones cinematográficas, además de autor teatral.
Vivió junto a su familia en la Av. Garay 3251. Cursó parte
de sus estudios primarios en el Colegio Luppi de Nueva
Pompeya, ingresando a los 19 años a la Facultad de
Derecho, de donde es expulsado en 1930 por su actividad
militante por el radicalismo. Más tarde, viendo en Perón
al continuador de la obra de Hipólito Irigoyen se
incorpora a su partido. Su primera letra fue el vals
"Porque no me besas", escrito a los 14 años. Los temas de
Manzi, están referidos a una época de transición, a una
Buenos Aires que cambiaba, a costumbres que se perdían y a
una realidad política de la que participo muy activamente.
Luego vendrían sus grandes éxitos: Che Bandoneón, Barrio
de Tango, El Pescante, Fuimos, Ninguna, Después: Desde el
Alma , Discepolín, la serie de milongas en colaboración
con Sebastián Piana: Milonga del 900. Milonga Sentimental,
Papá Baltasar, Pena Mulata, etc. Y en 1948, el perdurable
Sur : "San Juan y Boedo antigua/ todo el cielo/...". En el
bar Esquina Homero Manzi, varias placas dispuestas en su
frente recuerdan su nombre y en una de ellas, al igual que
en la pared interior, puede leerse la letra del tango
"Sur". En las otras placas se puede leer: "A Homero Manzi,
tu barrio de tango" y en la otra, "A la fidelidad de
socios y simpatizantes del club San Lorenzo o los gauchos
de Boedo".
- Payadores: Las glorietas y
cafés de Boedo supieron de la presencia de los payadores.
Julián Martín Castro,
colorido personaje a quien siempre se le veía con su
poncho pampa blanco y negro que solía cantar sus rebeldías
en las glorietas de Boedo, terminando muchas veces - como
él mismo lo recuerda - en la seccional policial . Otro de
los más conocidos payadores fue José
Betinoti. Cultivó el canto alterno y prefería
improvisar en payada individual. Entre sus numerosas
composiciones recordamos Pobre mi madre querida y !Qué me
habrán hecho tus ojos!. Homero Manzi le dedicó una
película que se llamó El último payador.
- José González Castillo: el
poeta, dramaturgo y periodista es considerado una
figura paradigmática de Boedo. En 1932, en los altos de un
café ubicado en Boedo 868, fundó la Pena Pacha Camac, uno
de los más importantes centros irradiadores de cultura de
aquellos tiempos. Allí se dieron clases de dibujo y
pintura, de música y declamación. Se organizó un conjunto
filodramático dirigido por el mismo J.G.C. que puso en
escenas las más variadas piezas de autores argentinos y
extranjeros. Cientos de conferencias, a cargo de
prestigiosas personalidades de la época, prestigiaron las
modestas instalaciones. González Castillo fundó luego la
Universidad Popular de Boedo, donde estudiaron miles de
alumnos durante más de dos décadas. La esquina SE de San
Juan y Boedo lleva su nombre.
- Cátulo Castillo: hijo de
José González Castillo, músico y compositor, fue el autor
de tangos memorables, como Organito de la tarde, Café de
los Angelitos, Acuarelita de Arrabal, Caserón de tejas,
etc. Organizó la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos
e integró el directorio de la Sociedad Argentina de
Escritores. En 1951 sucedió a Homero Manzi en la
presidencia de SADAIC, cargo que ejerció hasta 1955 en que
la entidad fue intervenida por el Poder Ejecutivo.
- Julián Centeya: "el hombre
gris de Buenos Aires", ha sido otro de los prestigiosos
vecinos. Periodista y autor de letras de tango famosos,
como La vi llegar, Ché Pamela, Era un barrio malevo, etc.
Lo recuerda hoy una esquina del barrio, ubicada en Av.
Boedo e Inclán, llamada La Posta de Julián Centeya.
- Lic. Aníbal Lomba: uno de
los más activos miembros y colaboradores de la Junta
Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos
Aires y Presidente de la Junta de Estudios Históricos del
Barrio de Boedo, fue uno de los creadores del texto
inicial de este lugar.
PRINCIPALES
IGLESIAS
-
Iglesia San Bartolomé Apóstol:
Una sola iglesia se erige en el contorno barrial en Av.
Chiclana 3659 TE: 4921-4440. Se trata de un edificio de
estilo romántico, con una única torre y un altar central
con la imagen del santo. Anexa a ella se encuentra el
colegio mixto del mismo nombre, que brinda enseñanza
primaria y secundaria.
- Iglesia Santa María Mazarello:
Av. Garay 4353.
CURIOSIDADES
-
La Casona de Cuitiño en la Calle
Boedo:
Era una construcción de principios del siglo pasado en la
que se dice habitó Ciríaco Cuitiño quien fue, junto con
Andrés Parra, uno de los líderes de La Mazorca,
organización creada durante el gobierno de Juan Manuel de
Rosas para investigar y reprimir a los enemigos políticos.
Cuitiño, de origen mendocino, estableció relación con
Rosas en el año 1834. John Lynch, en su trabajo sobre
Rosas, lo definió como el más despiadado de los carceleros
y verdugos de Rosas. Luego de la derrota de Caseros, que
determinó la caída del gobierno rosista, Cuitiño fue
juzgado por los crímenes que se le atribuían, condenado a
muerte y ejecutado. (Información obtenida de
http://www.buenosaires.com/historia)
EL PASEO DE
LAS ESCULTURAS
El barrio de Boedo se
encuentra galardonado con el Paseo de las Esculturas, que
debe su existencia a la decisión y tenacidad de la Junta
de Estudios Históricos presidida por Aníbal Lomba.
A cielo abierto y en pocas
cuadras, se disfruta de siete obras de arte que han sido
donadas por sus autores para el regocijo de aquellos que
transitan la Avenida Boedo.
Este proyecto es más ambicioso
ya que más adelante, se completará el número de
veinticuatro esculturas en el tramo de la Av. Boedo que va
desde su cruce con Av. Independencia hasta la intersección
con Av. San Juan.
La
ley 1411,
promulgada el 31 de Agosto de 2004 (consultar texto
completo al pie de esta página), acepta las donaciones, y
autoriza el emplazamiento de las mismas, haciendo mención
específica a la ubicación que cada una de ellas ocupa en
la actualidad.
Las obras son:
CHOLITA- FRANCISCO REYES
Artículo
1° - Acéptase la donación de la escultura "Cholita",
de Francisco Reyes,
autorizando su emplazamiento frente al inmueble de avenida
Boedo 853, en concordancia
con la Ley N° 494.
Francisco
Reyes:
"Nuestro
recordatorio de hoy estará vinculado con uno de los
escultores contemporáneos, quizá quién más ha dejado
huella de su impronta personal en el barrio de Boedo. Me
estoy refiriendo al maestro Francisco Reyes. Muchas veces
he tenido que recordarlo públicamente y siempre me ha
gustado hacerlo especialmente desde el punto de vista
humano, dejando si se quiere para un reducido espacio
final la mención de sus logros artísticos. Retrocediendo
en el tiempo debo situarme allá por 1972, la primera noche
que conocí a Reyes, al concurrir invitado a una reunión
del Rotary Club de Boedo. El escultor, en ese momento,
disfrutando ya del ganado prestigio derivado de la
obtención de los más importantes premios que la plástica
argentina ofrece a sus artistas, fue el primero en
acercarse para saludarme y hacerme sentir -no como
extraño- sino como un nuevo amigo. Me impactó entonces su
cordialidad, su exrema sencillez, su decir pausado y firme
"Modesto y humilde como las piedras de la calle", diría
años más tarde su único biográfo, Manuel Baquera. Y así,
semana tras semana, comenzamos a construir los cimientos
de una amistad que no se terminó con su muerte, porque se
continúa en el cariño que nos profesamos con su esposa
Ana, con sus hijos Rodolfo y Osvaldo y con toda la familia
Reyes.
Francisco Reyes no supo de
descanso durante el transcurrir de su vida en Argentina,
tras aquel 1928 que señala su ingreso al país, uno más de
los tantos inmigrantes jóvenes que para favor de estas
tierras nos enviaban los países europeos, en este caso
nuestra Madre Patria.
Y no supo de descanso
porque aquellas horas libres que podía haber aprovechado
para su mejor solaz, las dedicó a su otra gran pasión,
además del arte: el sentimiento de pertenencia a su
comunidad, que le llevó a asumir compromisos de
participación y solidaridad. Hablé ya del Rotary Club de
Boedo, prestigiosa institución del barrio que lo tuvo como
presidente, desde donde organizó las primeras
exposicionmes de escultura "a cielo abierto" que registra
la historia capitalina y fue precisamente sobre la Cortada
San Ingnacio, donde decenas de obras de prestigiosos y
laureados artistas se expusieron a la contemplación del
paseante boedense. Pero ya antes de ello había tenido
destacada participación en la Peña Pacha Camac, junto a
colegas suyos como Antonio Sassone, Vicente Roselli,
Sepuccio Tidone. Domingo Mazza y muchos otros. En Parque
de los Patricios es figura esencial de la mítica
Agrupación Bohemia, aquella nacida en el bar de Labardén y
Patagones, que congregó en su seno lo mejor de la plástica
porteña.
Colborador infatigable de
toda entidad de bien público que lo mereciera, trabajó
asiduamente con la Asociación Amigos del Barrio de Boedo,
con las Asociaciones de Fomento y Juntas Vecinales. Reyes,
por reconocimiento de sus colegas, fue presidente de la
Asociación Argentina de Artistas Escultores y de la
Asociación Estímulo de Bellas Artes. También en mérito a
su arte, pero especialmente por su calidad humana, fue
investido como Miembro de Número de la Academia Porteña
del Lunfardo. Impulsor del Fogón de los Arrieros, la
agrupación de artistas que convirtió a la ciudad de
Resistencia en Patrimonio de la Unesco, por el
incalculable valor, no solo monetario sino esencialmente
estético y educativo, que representan las cientos de
esculturas erigidas en sus aceras, en el frente de sus
edificios públicos, en sus plazas.
La actividad docente de
Reyes no se agotó en las aulas de las principales
instituciones de dicadas al arte. Fue constante su
presencia en las escuelas municipales de Boedo, de
Almagro, de Flores, de Parque de los Patricios. No en
cargos estables, sino dando clases ilustrativas,
ofreciéndose como jurado en todo concurso de dibujo o
pintura que se realizara, aconsejando, guiando a sus
jóvenes alumnos.
Fue miembro fundador de la
Cofradía de la Orden del Lengue, institución nacida en el
seno de su hogar, cuyo propósito fue y sigue siendo
premiar anualmente a aquellos personajes de la cultura
boedense que se destaquen por su arte y su
personalidad.Fue uno de los tres fundadores de la Junta de
Estudios Históricos del Barrio de Boedo, nacida en el seno
de la mencionada Cofradía.
Su nombre fue impuesto a
las de museos y exposiciones y, en nuestro medio -Boedo- a
la intersección norte de la esquina conformada por la Av.
Boedo y Pasaje San Ignacio, aquel de las primeras
exposiciones al aire libre. Las aceras de Boedo lucen
orgullosas sus obras "La madre" y "Cholita", formando
parte del Paseo de las Escultruas del Barrio de Boedo.
Reyes, que obtuvo el Gran
Premio de Honor en el Salón Nacional en 1958, por su obra
"Mujer sentada", habia nacido el 9 de mayo de 1915.
Falleció el 16 de abril de 1988.".
Referencia:
Periódico ABC, nota escrita por Anibal Lomba,
presidente de la Junta de Estudios Históricos de Boedo.
LA
BESTIA - OSCAR DE BUENO
Artículo
3°
- Acéptase
la donación de la escultura "La
Bestia",
de
Oscar De Bueno,
autorizando su emplazamiento frente al inmueble de avenida
Boedo 878,
en concordancia con la Ley N° 494.
Oscar de Bueno:
"Escultor OSCAR DE BUENO.
¿Signo del Pasaje San Ignacio?
El interrogante puede
convertirse en afirmación si al señalar su nombre como
artista escultor inmediatamente evocamos otros momentos
trascendentes ocurridos en la quietud del pasaje, como
–por ejemplo- la figura de aquel entrañable artista
co-fundador de la Peña Pacha Camac, que se llamó Rodolfo
Bertugno, cuyo domicilio de San Ignacio 3650 era
frecuentemente visitado por sus colegas de la época, de
cuya historia de vida nos ocuparemos próximamente. O más
cerca en el tiempo, la memoria nos atrapa en 1980 y 1982,
cuando decenas de artistas escultores mostraron su arte en
el Pasaje, en las primeras exposiciones a “cielo abierto”
que conoció la ciudad. O el bautizo de su intersección con
Boedo, con el nombre del maestro insigne: Francisco Reyes.
Oscar de Bueno proviene de una de las familias
tradicionales de Boedo, afincada desde principios del
siglo XX en el incipiente suburbio de la ciudad. Su abuelo
Alfonso había llegado desde Calabria y tras una corta
residencia en Valentín Alsina recaló en Independencia y
Maza comenzando a formar familia. Trabajo y esfuerzo le
permitieron edificar su vivienda propia en San Ignacio
3631 y allí creció y se formó su familia. De sus cuatro
hijos el menor, Juan, siguió la carrera de medicina
poniendo su profesión al servicio del barrio durante toda
su vida. Con Nélida, su esposa prolongaron su estirpe y le
dieron a Boedo seis hijos. Oscar, el quinto de ellos, vio
la luz en 1961 y, habitante de la casa paterna, se enamoró
también de Boedo. Luego de realizar sus estudios primarios
y secundarios en el Colegio San José de Calasanz, ingresó
a la facultad de Agronomía, buscando un destino que no era
el suyo.
Muy pronto advirtió que esa
facilidad para el dibujo y la pintura que mostraba desde
niño era su pasíón y por decisión propia abandonó la
carrera para ingresar, ahora sí, en la Escuela Nacional de
Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”.
El artista recuerda en
nuestra conversación el interés y el impacto que le
causaron las obras de los grandes maestros que se
expusieron, como dijimos, en 1980 y 1982 en las muestras
organizadas sobre la Cortada de San Ignacio por el Rotary
Club de Boedo, presentadas por el maestro Francisco Reyes.
Allí, aún muy joven y estudiante de Agronomía, conoció las
tres dimensiones en las artes plásticas y retiene aún
nombres que en aquel momento le fueron extraños y luego
fueron sus maestros y colegas; con algunos comparte ahora
las veredas de Boedo: Balietti, Álvarez Lomba, Vinci,
Reyes, Oriana. También quienes marcaron su camino: Romano,
Locaso, Azcárate... ¿Sería extraño entonces que aquella
visión determinara luego su vocación por el arte?
Tras su entusiasta y
exitoso paso las aulas académicas, en 1988 egresa con el
título de Profesor de Escultura y el Diploma de Honor al
mejor promedio de su promoción bajo su brazo. Allí fueron
sus maestros Rubén Locaso, Enrique Romano y Aroldo Lewy, a
quienes Oscar sigue testimoniando su reconocimiento.
Consecuencia de la alta
distinción recibida , De Bueno es designado inmediatamente
como profesor ayudante, iniciando entonces una
ininterrumpida carrera docente que lo encuentra ahora como
Profesor Titular de la Cátedra O.T.A. V. Escultura I, II y
III del Instituto Universitario Nacional de Arte
(I.U.N.A.). Ha sido docente en la Escuela Nacional de
Danzas “María Ruanova”, en el Instituto Nacional Superior
del Profesorado en Folclore y en la Escuela Municipal de
Bellas Artes “Rogelio Yrurtia.”.
También en aquel año de su
graduación inicia su trayectoria como expositor,
obteniendo su primera distinción: el “Premio Estímulo al
alumno más destacado” otorgado por la Asociación de Amigos
del Salón Nacional.. Se suceden luego los premios
recibiendo, entre otros, el Tercer Premio en el XLV Salón
Municipal Manuel Belgrano. Invitado a simposios y
encuentros de escultores, participa desde hace varios años
en ellos, siendo galardonado en varias oportunidades.
Obras de su autoría se encuentran emplazadas en Carlos
Casares, General Roca, San Bernardo, San Martín de los
Andes, Resistencia y ahora también en el Paseo de las
Esculturas de Boedo. En total ha participado en más de
sesenta muestras, simposios y eventos de escultura y artes
visuales.
Invitamos a los lectores de
esta columna de Periódico ABC a recorrer la Av. Boedo,
entre Independencia y San Juan, donde podrán admirar las
nueve obras que conforman inicialmente el Paseo de las
Esculturas de Boedo, entre las que se encuentra La Bestia,
emplazada frente al Nº 878, obra de Oscar De Bueno."
Referencia:
Periódico ABC, nota escrita por Anibal Lomba,
presidente de la Junta de Estudios Históricos de Boedo.
TANGO INTIMO- LEO VINCI
Artículo
5°
- Acéptase
la donación de la escultura "Tango
íntimo",
de Leo Vinci, autorizando su
emplazamiento frente al inmueble de avenida
Boedo 883,
en concordancia con la Ley N° 494.
La ubicación fue más tarde modificada y hoy se encuentra
en Boedo
901.
Leo Vinci:
Nació en Buenos Aires en 1931. Egresó de las Escuelas
Nacionales de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova
Patrocinado por el Fondo Nacional de las Artes, realizó un
viaje de estudios por Europa. Desde el año 1962 hasta 1976
ejerció la docencia en las Escuelas Nacionales de Bellas
Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón. En 1989 es
designado Comisario del Envio Argentino a la Bienal de
Venecia, Italia.
Referencia:
Artesur
INTERIORES
- ARTURO ALVAREZ LOMBA
Artículo
4°
- Acéptase
la donación de la escultura "Interiores",
de Arturo Álvarez Lomba,
autorizando su emplazamiento frente al inmueble de avenida
Boedo 901,
en concordancia con la Ley N° 494.
La ubicación fue más tarde modificada y hoy se encuentra
en Boedo 883.
Arturo Alvarez Lomba:
"Arturo Álvarez Lomba nació el 26 de marzo de
1942 en un entonces pequeño pero hermoso pueblito de la
costa gallega, A Guarda o, castellanizado, La Guardia.
Cuarto hijo de un laborioso matrimonio que, expulsado de
su tierra natal por las precarias condiciones de vida de
la época, llega en 1953 con su familia al puerto de Buenos
Aires, junto a cientos de paisanos embarcados en el vapor
Córdoba, superando la tristeza del abandono del terruño
con la alegría del reencuentro y el abrazo con familiares
directos que les esperaban en nuestra país y la esperanza
de encontrar una tierra que les permitiera vivir en paz,
trabajar, progresar y educar a sus hijos. Y comienza para
ellos una nueva etapa de su sacrificio personal, del
trabajo sin descanso que con los años obtiene el premio de
la casa propia, de la buscada educación de sus hijos.
Radicados en Banfield, Pcia. de Buenos Aires, Arturo
inicia sus estudios en la Escuela Nº 7 de dicha localidad,
comenzando a mostrar allí una singular e innata capacidad
para el dibujo. Iniciada años después su carrera
profesional como "vidrierista" de la fábrica de calzados
Grimoldi, uno de sus compañeros lo insta para que se
inscriba en una academia de dibujo, consejo que acepta
anotándose en MEEBA, entonces prestigiosa institución
ubicada en la calle Cerrito 1233. Corría el año 1962.
Cuenta la historia que una tarde -como parte del curso- su
maestro, Gino Gurrieri, recorre con todos sus alumnos los
distintos talleres y aulas de la casa. Uno de ellos fue el
taller de escultura, donde dictaba su clase Zulema Adaime.
El futuro artista recibió en ese momento una impresión tan
honda que, nos dice, "se le apretó el corazón". Esa tarde
conoció la arcilla, comenzando a modelar un pequeño trozo
de ella que le alcanzó la profesora. Con el material en
sus manos llegó a su casa y esa noche sin sueño lo
decidió. En la mañana siguiente le dijo a su madre: "mamá,
voy a ser escultor". Comentada su decisión con el profesor
Gurrieri, éste lo guió para sus pasos inmediatos, que lo
llevarían a las clases de escultura de Enrique Azcárate
(hoy presidente de la Asoc. Arg. de Artistas Escultores).
En 1964 recibe una beca de la institución, que le permite
durante cuatro años tener como maestros a Antonio Sassone,
Antonio Mazzitelli y Mariano Pagés. En 1967 obtiene su
primer reconocimiento, al recibir una Mención Especial en
el XII Salón de Otoño de San Fernando. Comienza allí su
exitosa labor artística que alcanza su punto culminante en
1993, al obtener el 1er. Premio en al LXXI Salón Nacional
de Artes Plásticas, luego de haber accedido en años
anteriores al Premio Artistas Extranjeros (1974), 2º
Premio Salón Nacional de Artes Plásticas (1979), 1er.
Premio Salón Municipal de Artes Plásticas de la MCBA
(1979), Gran Premio de Honor Salón de Artes Plásticas de
Morón (1987) 2º Premio Salón de Escultura en Madera
(Resistencia), 2º Premio Primera Trienal Americana de
Escultura en Madera (Reistencia). Luego vendrían otras
disrtinciones como el 2º y 1er. Premio del Salón Anual
Santa Fé, etc. Partició como invitado en las Primera
Trienal Americana de Escultura en Madera, en la Primera
Trienal Argentina de Escultura en Madera, de la Segunda
Trienal Americana de Escultua en Madera, todas ellas en
Resistencia (Chaco), en el Primer Simposio Internacional
de Escultura en L.N.Alem, Misiones, y en el Primer
Simposio Internacional de Escultura en Ichon, República de
Korea. Obras de su autoría se encuentran emplazadas en
distintos parques y paseos del país, incluyendo el Paseo
de las Esculturas de la Ciudad de Resistencia, Chaco, y
-ahora, el Paseo de las Esculturas de Boedo, Buenos Aires,
donde se encuentra emplazada su obra Interiores, ubicada
frente al Nº 883 de la avenida. En oportunidad de
presentar sus obras en una muestra desarrollada en el
Museo Perlotti, Cesar Fioravanti dijo de él:"La
abstracción deja de ser tal, al potenciar con las imágenes
que de ellas emergen, la concreción de las formas".
Referencia:
Periódico ABC, nota escrita por Anibal Lomba,
presidente de la Junta de Estudios Históricos de Boedo.
SÚPLICA
- ANTONIO ORIANA
Artículo
6°
- Acéptase
la donación de la escultura "Súplica",
de
Antonio Oriana,
autorizando su emplazamiento frente al inmueble de avenida
Boedo 944,
en concordancia con la Ley N° 494.
Antonio Oriana:
"... Nos referimos a Antonio Oriana, que forma
parte del patrimonio viviente de Parque de los Patricios,
donde su figura es por demás conocida. Hijo del matrimonio
de origen calabrés integrado por Carlo Oriana y María
Belardo, llegaron a nuestras costas durante la década del
1920, acompañados ya por su pequeño hijo, Pablo, de unos
pocos años. Estibador y pintor de barcos, no le fue fácil
la subsistencia en esta ciudad puerto, no obstante lo
cual, con el sacrificio que fue norma de los inmigrantes
europeos, la familia–ya alegrada por la llegada de dos
nuevos hijos, el menor de ellos Antonio (25 de agosto de
1931), logró abandonar el conventillo que los albergaba
para inaugurar su modesta casita en el barrio de Saavedra.
En ese entorno barrial los hermanos cursaron la
escolaridad primaria, comenzando ya a destacarse Antonio
por sus dibujos y modelados en barro o pequeños tallados
en madera, que despertaron el interés de su maestro de
cuarto grado, quién lo impulsó para que continuara
estudiando dibujo. Esta circunstancia y su propia vocación
lo llevaron a inscribirse en la Escuela de Bellas Artes
“Manuel Belgrano”. Se inicia así su etapa de aprendizaje,
que culminaría con su egreso, en 1952, de la Escuela de
Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”. Durante gran parte
de su vida ejerció la docencia, desempeñándose como
profesor en la Asociación Estímulo de Bellas Artes, en la
Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”,
en el museo Rómulo Ragio, en el Instituto del Profesorado
CONDUSEC, etc. La enseñanza si se quiere oficial se unía a
las clases particulares que aún sigue dando, formando así
cientos de alumnos.
No fue asiduo concurrente a
los salones oficiales, nacionales, provinciales o
municipales, muchas veces en desacuerdo con distintas
circunstancias puntuales. Su primer medalla la obtuvo en
el II Salón Nacional de Bellas Artes, en 1964, haciéndose
acreedor al Premio “Mención Especial”. Su última
distinción la recibió en el Segundo Encuentro Nacional de
Escultura en Madera, realizado en Rosario (Santa Fe). En
1976 y 1981 viajó a París invitado por el Mozarteun
Argentino, exponiendo sus obras en la Galería Salles
Sandoz, junto a artistas de 38 paises. Es creador de una
veintena de estatuillas y trofeos por encargo de entidades
públicas y privadas, para su entrega como premio en
distintas actividades, congresos y/o concursos.
Obras suyas se encuentran
emplazadas en paseos y lugares públicos en distintas
ciudades del país (Resistencia, Carlos Casares, San Luis,
Posadas, Olivos, Villa Alem, etc. En esta Capital son
conocidas sus creaciones donadas al Museo Manoblanca del
barrio de Nueva Pompeya (Homero Manzi, Sebastián Piana,
José Dames, Daniel Garibaldi, Astor Piazzolla, Nelly Omar,
Enzo Valentino, Ben Molar, entre otros. Su obra Súplica,
se integra al Paseo de las Esculturas de Boedo, emplazada
frente al N° 944 de la popular arteria.
Debemos destacar en Antonio
Oriana su extrema sencillez, la afabilidad de su trato, su
compromiso permanente con la difusión de su arte,
cualidades que han hecho del artista una de las más
queridas personalidades del ambiente."
Referencia:
Periódico ABC, nota escrita por Anibal Lomba,
presidente de la Junta de Estudios Históricos de Boedo.
REPOSO - STEPHAN ERZIA
A
raíz de la solicitud de la Junta de estudios históricos
del barrio de Boedo, la Dirección de Monumentos y Obras de
Arte (GCBA), trasladó la escultura "Reposo",
que se encontraba en el depósito de Palermo, del artista
Stephan Erzia
a
Boedo 943.
La escultura está realizada en mármol siberiano y la misma
fue adquirida en 1936 por la Municipalidad de la Ciudad de
Buenos Aires. Stephan Erzia, artista ruso, residía en
nuestro país desde 1927, en el barrio de Boedo en aquellos
tiempos. La obra fue denominada Mujer Sentada y fue
esculpida en Rusia, su país de origen. La misma fue
trasladada a Buenos Aires para integrar su primera
exposición, en los "Amigos del Arte", en el año 1927.
Stephan Erzia:
"Prosiguiendo este itinerario por los caminos
del arte, vamos a referirnos en esta oportunidad a una de
las figuras más significativas que, desde el plano
internacional, ocupa un lugar de privilegio en el palacio
de las musas boedenses. Me estoy refiriendo a Stephan
Dimietrovich Nefedor, conocido luego como Stephan Erzia,
al adoptar el escultor ruso, como apelativo, la
denominación de una de las tres etnias que conformaron la
identidad del imperio y que era su propia raiz: Erzia.La
limitada extensión de este trabajo nos va a imponer una
dificultosa síntesis de su vida. Comencemos diciendo que
tras una niñez azarosa, en las llanuras del Volga, donde
se inició en los misterios de la pintura, especialmente
aquella de carácter religioso, llegó a Moscú cursando,
pese a las dificultades económicas y políticas de la época
(1905) estudios en la Academia de Bellas Artes, viajando
-tras su graduación- a Europa, recalando primero en
Italia, comenzando a recorrer de la mano de algunos
mecenas oportunistas y luego por su propio esfuerzo, la
dificil escalera al éxito. En pocos años gozó del favor de
la crítica y sus obras se expusieron en los principales
salones y galerías de Europa. Tras un regreso por pocos
años a su Rusia natal, donde ejerció la docencia y
distintas funciones por designación de las autoridades del
nuevo régimen gobernante, regresó a Europa donde se
contactó con ciudadanos argentinos y, también, con quién
sería luego presidente de nuestro país:Marcelo T. De
Alvear. Invitado por éste llegó a Buenos Aires en 1927,
con el propósito de realizar una exposición de sus obras
en "Amigos del Arte", tradicional galería porteña. Las
circunstancias de la vida (o del momento) hicieron que
Erzia se afincara poco tiempo después en Boedo, instalando
su taller en el viejo edificio de una ex licorería, en la
calle Zañartú, que dejaría para trasladarse a Av. La Plata
577, donde permaneció por muchos años. El espíritu
libertario de Boedo, encarnado en aquellos tiempos por la
figura de D. José González Castillo, fundador de la
Universidad Popular de Boedo debió impactar en su
espíritu, conviriténdose en amigo inseparable del autor de
Los dientes del perro, con quién colaboró en la fundación
de la mítica peña Pacha Camac. Allí compartió inquietudes
estéticas con Antonio Sassone, Agustín Riganelli, Sepuccio
Tidone, Eolo Pons, Luis Dottori, Rodolfo Bertugno y tantos
otros artistas plásticos que formaban la vanguardia
artística de la década. Su figura se hizo popular en el
barrio y sus obras dieron brillo a más de una exposición
organizada en la zona. El "Rodín ruso" como fue bautizado
en Europa, que había llegado a Buenos Aires para realizar
a lo sumo un par de muestras, permaneció en nuestra ciudad
por casi 25 años, realizando en ese lapso lo más
importante de su producción, siendo el primero en
descubrir las virtudes de las maderas duras de nuestro
territorio chaqueño: el quebracho y el lapacho. Ya
anciano, llegó a Buenos Aires con más de 50 años vividos,
la añoranza de su tierra y la circunstancia de reanurarse
las relaciones diplomáticas entre Argentina y Rusia,
motivaron su regreso a Moscú, en 1952. Llevó consigo más
de 200 obras realizadas en Buenos Aires y algunas decenas
de troncos de quebracho, con los cuales siguió trabajando
en su pequeño taller de la capital rusa. Recibido primero
friamente por las autoridades, muy pronto el mismo pueblo
comenzó a reconocerlo como "maestro", siendo entones
reconocido oficialmente. Fue condecorado, se le organizó
una exposición y hasta gozó de un escaso subsidio.
Falleció el 26 de noviembre de 1959, a los 84 años,
mientras modelaba una gran cabeza. Con los años, un viejo
sueño del gran maestro se hizo realidad: Su propio museo.
En la ciudad de Saransk, capital de Mordovia, se inauguró
la Galeria de Arte de aquella ciudad, en cuyas salas se
exponen, esencialmente, las doscientas piezas traídas
desde Argentina. Su nombre es reverenciado y varios libros
se han escrito sobre su novelesca vida. Recientemente se
realizó en Buenos Aires, organizado por la embajada rusa,
una exposición de las obras que se conservan en el país,
algunas de ellas en museos oficiales y otras en
colecciones privadas. Quién firma anunció ya, en otras
ocasiones, la publicación de su libro De las arenas del
Volga a la ciudad de Boedo, que expresará el fruto de las
investigaciones y recopilación de antecedentes llevados a
cabo durante más de diez años. Motivos diversos
postergaron el propósito que, esperamos, pueda cumplirse
en el presente año. Será un homenaje de Boedo a uno de las
figuras esenciales de su historia socio-cultura."
Referencia:
Periódico ABC, nota escrita por Anibal Lomba,
presidente de la Junta de Estudios Históricos de Boedo.
TESTIMONIO - ALBERTO BALIETTI
Artículo 2°
- Acéptase
la donación de la escultura "Testimonio",
de
Alberto Balietti,
autorizando su emplazamiento frente al inmueble de avenida
Boedo 966,
en concordancia con la Ley N° 494.
Esta obra fue un homenaje de su autor a la gesta de
Malvinas.
Alberto Bailetti:
"Continuando con el recuerdo de los artistas
plásticos vinculados en una u otra forma al historial
cultural de Boedo, dedicaremos la columna de esta edición
a la evocación de Alberto Balietti, reconocido y laureado
escultor argentino, una de cuyas obras se emplaza a pocos
metros de la intersección de San Juan y Boedo, formando
parte del Paseo de las Esculturas inaugurado en noviembre
pasado. Sin que el autor llegara a saberlo, éste fue su
regreso al barrio que lo vio nacer, el 10 de diciembre de
1917, en la casa que sus padres, Atilio Balietti y
Enriqueta Grillo, habitaban en la calle Cochabamba, casi
en el deslinde –en aquellos años- de la iniciada
urbanización de la zona. Atilio, con sólo once años, había
llegado al país desde Recanati, pequeña ciudad situada en
el fértil valle de Potenza, que se enorgullecía de haber
sido suelo natal del poeta Giácomo Leopardi y que lo sería
también del tenor Beniamino Gigli. Con trabajo y esfuerzo
se inició en el oficio de yesero, que le permitió luego un
bien ganado prestigio. Fue precisamente el desempeño de
esta actividad paterna el factor incidente en la posterior
elección de Alberto por las artes plásticas. Acompañando a
su padre se entretenía dibujando las paredes, hecho que
fue advertido por los arquitectos con los cuales trabajaba
su progenitor, quienes fueron los primeros en reconocer
las dotes del futuro escultor, recomendando a Atilio
Balietti lo inscribiera en la Escuela Nacional de Bellas
Artes “Manuel Belgrano”, de donde egresó en 1938 con el
título de Profesor Nacional de Dibujo, Pintura y
Escultura. En su paso por dicha casa de estudios y por la
Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón,
tuvo como maestros a personalidades como Lino E.
Spilimbergo, Alfredo Bigatti, José Fioravanti y Alberto
Lagos. En 1944 recibe su primera distinción, el “Premio
Estímulo” en el Salón Nacional, iniciando así una
trayectoria jalonada de exitos y reconocimientos que,
podría decirse, culminaría, pero no terminaría, en 1966
con la obtención del “Gran Premio de Honor” del Salón
Nacional, con su obra Kirie. En la docencia desempeñó
importante labor, dejando su impronta de maestro tanto en
institutos oficiales como privados, en escuelas de nivel
medio y terciario. Llamado por Elías Spilimbergo, ejerció
la Dirección del Departamento de Pintura durante un largo
período en la Universidad de Tucumán. Para entonces, y
desde 1949, había formado su hogar, casando con Rita
Kafetzis, en esa época una de sus discípulas y luego
brillante pintora. De esa unión nacieron Déborah,
Guillermo y Liliana.
Así como los premios
obtenidos fueron innumerables, también lo son las obras
emplazadas en lugares públicos, tanto en esta Capital como
en distintos puntos del país. Visitó Roma y Madrid como
representante del Arte Latino Americano, exponiendo allí
sus obras. Para finalizar diremos que la escultura
Testimonio, que se puede admirar en Boedo fue un homenaje
del artista hacia los centenares de jóvenes caídos en
Malvinas. Alberto Balietti falleció el 26 de octubre de
1993 y en el que fuera su estudio, en la localidad de
Castelar, existe una exposición permanente de sus
esculturas y dibujos."
Referencia:
Periódico ABC, nota escrita por Anibal Lomba,
presidente de la Junta de Estudios Históricos de Boedo.