POLCA -
CHAMAMÉ
A comienzos del siglo XIX
se produce la gran novedad en danzas, se inicia
el ciclo de danzas de pareja
enlazada con el vals, la polca, la
mazurca, el chotis.
Durante siglos París fue el
centro rector de cultura para Europa y para toda
América -a través de España- desde fines
del siglo XV. A principios del 1800, cuando se abre el
puerto de Buenos Aires y ésta
comienza a perfilarse como ciudad independiente,
los elementos y novedades
culturales nos llegan directamente
de París, pues se invierte el trayecto que
se mantuvo durante el virreinato
(Lima-Santiago de Chile
provincias argentinas).
Por este nuevo itinerario
nos llega el vals en
1804-1805, aproximadamente. Es la danza que aportó como
innovación el enlace de la
pareja, que hasta ese momento
bailaba suelta, y la ejecución de giros
rápidos. Si bien la aproximación
de la pareja provocó cierto rechazo, su
aceptación fue inmediata en todo
el mundo.
La
polca, otra danza del
ciclo de pareja enlazada, nació en Bohemia (en la Vieja
Alemania) en 1830. Su nombre deriva de la palabra checa
"pulka" que significa "mitad", es decir
"medio paso" o "sobrepaso" que se da al bailar.
En 1840 un maestro de danza de Praga la lleva a los
salones parisienses, donde
es aderezada, difundiéndose luego al resto de Europa y
a América. Alrededor de 1845 está en los salones
de Buenos Aires y Montevideo, de donde la imitan las
clases populares. A fines de siglo
se la encuentra en plena campaña con las
modalidades que le imprimió el pueblo
y las diversas zonas en que
se arraigó.
Musicalmente, la polca
europea es binaria; esta forma es la que se afinca
en la zona pampeana; en la faz coreográfica influye en
muchas danzas de pareja suelta que reemplazarán algunas
figuras por partes de polca. Tal el caso del
gato polqueado.
La polca llega
también al Litoral, ámbito que ante todo debemos
considerarlo desde un punto de vista histórico. Desde
1609 estuvo a cargo de los padres de la Compañía
de Jesús que en las misiones
enseñaban
a los indios a cultivar, a
tejer, a construir instrumentos musicales,
la lectura, la música, el canto, con
predominante carácter religioso. Los datos hacen
suponer que también enseñaron algunas danzas europeas,
pero en íntima relación con el culto. En esta zona no
existieron danzas del ciclo de las picarescas, de
pareja suelta (zamba, resbalosa, firmeza, etc.)
cuando estaban en apogeo en el
resto del país, porque los misioneros actuaron como
freno en la introducción de esas especies desenfadadas,
de claro sentido amatorio. Al producirse la expulsión
de los jesuitas en 1767, el Litoral lentamente entra en
contacto con el país. Pero ya es
el siglo XIX, el auge del vals.
El profesor Bruno Jacovella
dice al referirse a la Mesopotamia: . . . la pedagogía
jesuítica, a cuyo sistema de
civilización ha de atribuirse tal vez la inexistencia
de los bailes de parejas sueltas que caracterizan a
todo el resto del país, porque los jesuitas -y el
doctor Francia no fue luego más benigno- no permitían
fiestas familiares, sino públicas,
con danzas-juegos y representaciones escénicas
armadas por ellos, y sólo en
fechas espaciadas, de modo que los bailes del Perú no
entraron profundamente allí; y cuando, retirada la
Compañía, se abrió la región
hacia el Plata, era la época de los bailes
de parejas tomadas, y así entró, y quedó,
reelaborada en las maneras más imprevistas,
la polca centroeuropea."
En Corrientes y en Paraguay
la forma musical binaria europea de la polca se
modifica convirtiéndose en una forma musical ternaria.
En esta modificación comprobamos como el pueblo,
creador anónimo permanente, recibe los elementos del
complejo cultural que lo rodea, previa selección,
asimila algunos y a éstos los va
recreando hasta convertirlos en la expresión que lo
represente en su carácter, en su estilo
de vida, a su tierra.
La polca se
convirtió en la danza nacional del Paraguay, ejecutada
siempre con arpa, lo que le da una musicalidad propia.
También con arpa se ejecutará la polca en
nuestro país hasta que en la segunda mitad. del siglo
XIX aparece en las poblaciones rurales el acordeón, que
la desplaza, quedando
circunscripta al Paraguay.
El acordeón -de origen
alemán por las dificultades que
presenta su ejecución hace que la polca pierda
rapidez, haciéndose más pausada,
lo que da origen a la polca correntina.
El siglo XX trae aparejado
otra conmoción coreográfica: el tango y la
milonga hacen su aparición en los suburbios de
Buenos Aires, y con ellas el bandoneón, que es aceptado
en la campaña mesopotámica, compartiendo las
preferencias con el acordeón y a veces reemplazándolo.
La incorporación del
bandoneón y la influencia del tango llegado de
la ciudad al campo produce una variante. La polca
corren tina se hace más lenta aún, más cadenciosa,
generándose una nueva especie: el chamamé.
El chamamé tiene una
forma de bailar especial, distinta de la polca:
el cuerpo adquiere una postura
más prieta y su coreografía recuerda a los cortes y
quebradas del tango.
La voz "chamamé", según la
acepción más difundida, significaría en guaraní
"cosa hecha a la ligera".
"improvisada". El señor Julio
Chapo, en el 2º Simposio sobre
Folklore del Litoral celebrado en Posadas, Misiones
al exponer sobre el chamamé etimología y
consideraciones generales sobre su origen, dice que
deriva este vocablo guaraní de
la frase "Che a m'ámemé" que significa "enramada"; si
bien ésta es a que él prefiere, cita otras versiones,
"che memé", yo, siempre
yo, y "Che amamí",mi ,damita o
amita.
La zona centralizadora del
chamamé es la provincia
de Corrientes, le sigue en importancia el Chaco, según
Raúl Cerrutti, por el éxodo de
correntinos hacia los algodonales y obrajes, norte de
Santa Fe, norte de Entre Ríos y por último, en menor
grado, sur de Misiones y parte
del este de Formosa.
Musicalmente, el Chamamé
tiene giros y recursos
particulares. como cambios de acentuación que no se
presentan en la polca; es frecuente escucharla
con guitarras que hacen el
acompañamiento, acordes que hace
los floreos y adornos y bandoneón que lleva la melodía;
más recientemente se ha incorporado
el contrabajo, que realiza
un contrapunteo.
Para bailar la polca,
el hombre enlaza con su brazo derecho la cintura de
la dama que le apoya su mano
izquierda sobre el hombro derecho de él, las manos
libres se toman con los brazos
semiextendidos a la altura del pecho.
Se utiliza el paso básico
de tres movimientos acentuando los tiempos fuertes de
la música, que coinciden con el primer movimiento del
paso.
Recordemos el paso básico:
primer movimiento: paso avanzando de pie derecho;
segundo movimiento: media punta de pie izquierdo a la
par del derecho; tercer
movimiento: paso más pequeño de avance de pie derecho,
apoyando para ello el peso del cuerpo sobre la media
punta del izquierdo.
El recorrido de la pareja
es libre, puede girar, avanzar, retroceder, sin
relacionarse con otras parejas.
El Chamamé requiere
una posición de enlace más prieta; una de las más
comunes es la que el hombre toma
con su brazo derecho la cintura de
la dama, ella abraza al compañero con su brazo
izquierdo, las manos libres se toman y el
caballero las apoya en su cintura. Se juntan las
mejillas (derecha con derecha o derecha con izquierda)
y el cuerpo se encorva un poco para dar libertad a las
piernas.
Se utiliza el paso básico
que se describió para la polca, pero
acentuándolo en el tercer movimiento con un ligero
movimiento del cuerpo, que se opone con la acentuación
de la música, produciéndose ese contratiempo tan
caracterizador del Chamamé. Otro paso que se
puede realizar es el
paso cruzado:
es similar al paso básico,
sólo que el primer movimiento es de cruce; el
integrante de la pareja
que avanza cruza por
delante, el que retrocede cruza por detrás. También se
acentúa en el último movimiento.
El zapateo más común es el
Parará. Lo realiza el hombre con seis golpes
alternados de planta
(derecho-izquierdo) con acentuación en el primero, lo
puede hacer en el lugar o
desplazándose. Cuando se realiza el zapateo el hombre
suelta su mano izquierda de la dama manteniéndola
tomada de la cintura, ella entonces con la mano derecha
en la falda realiza un zarandeo
festejando el repique del compañero.
El zapateo de una pareja
es contestado por otra, y así sucesivamente, con
lo que se establece una animada
confrontación.
Los pasos de desplazamiento
y los zapateas admiten variantes y combinaciones que
surgen de la habilidad de los bailarines. Nosotros
aquí damos sólo los más elementales.
Durante la ejecución de
música o en el baile mismo es
peculiar del hombre del litoral el lanzamiento de
briosos sapukay, grito con el cual traduce su
alborozo, su más profunda
emoción, que nos revela su auténtica idiosincrasia.