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                     IV. El pulpero. A buena cuenta 
                    104 
                    Seguiré esta relación, 
                    Aunque pa chorizo es largo: 
                    El que pueda hágase cargo 
                    Cómo andaría de matrero, 
                    Después de salvar el cuero 
                    De aquel trance tan amargo. 
                    105 
                    Del sueldo nada les cuento, 
                    Porque andaba disparando; 
                    Nosotros de cuando en cuando 
                    Solíamos ladrar de pobres: 
                    Nunca llegaban los cobres 
                    Que se estaban aguardando. 
                    106 
                    Y andábamos de mugrientos 
                    Que el mirarnos daba horror; 
                    Les juro que era un dolor 
                    Ver esos hombres, ¡por Cristo! 
                    En mi perra vida he visto 
                    Una miseria mayor. 
                    107 
                    Yo no tenía ni camisa 
                    Ni cosa que se parezca; 
                    Mis trapos sólo pa yesca 
                    Me podían servir al fin... 
                    No hay plaga como un fortín 
                    Para que el hombre padezca. 
                    108 
                    Poncho, jergas, el apero, 
                    Las prenditas, los botones, 
                    Todo, amigo, en los cantones 
                    Jue quedando poco a poco; 
                    Ya me tenían medio loco 
                    La pobreza y los ratones. 
                    109 
                    Sólo una manta peluda 
                    Era cuanto me quedaba 
                    La había agenciao a la tabla 
                    Y ella me tapaba el bulto; 
                    Yaguané que allí ganaba 
                    No salía... ni con indulto. 
                    110 
                    Y pa mejor hasta el moro 
                    Se me jue de entre las manos; 
                    No soy lerdo... pero, hermano, 
                    Vino el Comendante un día 
                    Diciendo que lo quería 
                    Pa enseñarle a comer grano. 
                    111 
                    Afigúrese cualquiera 
                    La suerte de este su amigo, 
                    A pie y mostrando el umbligo, 
                    Estropiao, pobre y desnudo; 
                    Ni por castigo se pudo 
                    Hacerse más mal conmigo. 
                    112 
                    Ansí pasaron los meses, 
                    Y vino el año siguiente, 
                    Y las cosas igualmente 
                    Siguieron del mesmo modo: 
                    Adrede parece todo 
                    Pa atormentar a la gente. 
                    113 
                    No teníamos más permiso, 
                    Ni otro alivio la gauchada, 
                    Que salir de madrugada, 
                    Cuando no había indio ninguno, 
                    Campo ajuera a hacer boliadas 
                    Desocando los reyunos. 
                     
 
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                     114 
                    Y cáibamos al cantón 
                    Con los fletes aplastaos, 
                    Pero a veces medio aviaos 
                    Con plumas y algunos cueros, 
                    Que pronto con el pulpero 
                    Los teníamos negociaos. 
                    115 
                    Era un amigo del jefe 
                    Que con un boliche estaba; 
                    Yerba y tabaco nos daba 
                    Por la pluma de avestruz, 
                    Y hasta le hacía ver la luz 
                    Al que un cuero le llevaba. 
                    116 
                    Sólo tenía cuatro frascos 
                    Y unas barricas vacías, 
                    Y a la gente le vendía 
                    Todo cuanto precisaba... 
                    Algunos creiban que estaba 
                    Allí la proveduría. 
                    117 
                    ¡Ah, pulpero habilidoso! 
                    Nada le solía faltar. 
                    ¡Ahijuna!, para tragar 
                    Tenía un buche de ñandú; 
                    La gente le dio en llamar 
                    El boliche de virtú. 
                    118 
                    Aunque es justo que quien vende 
                    Algún poquito muerda, 
                    Tiraba tanto la cuerda 
                    Que, con sus cuatro limetas 
                    Él cargaba las carretas 
                    De plumas, cueros y cerda. 
                    119 
                    Nos tenía apuntaos a todos 
                    Con más cuentas que un rosario, 
                    Cuando se anunció un salario 
                    Que iban a dar, o un socorro; 
                    Pero sabe Dios qué zorro 
                    Se lo comió al Comisario; 
                    120 
                    Pues nunca lo vi llegar, 
                    Y al cabo de muchos días 
                    En la mesma pulpería 
                    Dieron una güena cuenta, 
                    Que la gente muy contenta 
                    De tan pobre recibía. 
                    121 
                    Sacaron unos sus prendas, 
                    Que las tenían empeñadas; 
                    Por sus deudas atrasadas 
                    Dieron otros el dinero; 
                    Al fin de fiesta el pulpero 
                    Se quedó con la mascada. 
                    122 
                    Yo me arrescosté a un horcón 
                    Dando tiempo a que pagaran, 
                    Y poniendo güena cara 
                    Estuve haciéndome el poyo, 
                    A esperar que me llamaran 
                    Para recibir mi boyo. 
                    123 
                    Pero ahi me puede quedar 
                    Pegao pa siempre al horcón, 
                    Ya era casi la oración 
                    Y ninguno me llamaba; 
                    La cosa se me ñublaba 
                    Y me dentró comezón.  | 
                    
                    
                     124 
                    Pa sacarme el entripao 
                    Vi al Mayor, y lo fi a hablar; 
                    Yo me lo empecé a atracar, 
                    Y como con poca gana 
                    Le dije: Tal vez mañana 
                    Acabarán de pagar. 
                    125 
                    ¡Que mañana ni otro día!, 
                    Al punto me contestó: 
                    La paga ya se acabó; 
                    ¡Siempre has de ser animal! 
                    Me raí y le dije: Yo... 
                    No he recebido ni un rial. 
                      
                    126 
                    Se le pusieron los ojos 
                    Que se le querían salir, 
                    Y ahi no más volvió a decir 
                    Comiéndome con la vista: 
                    ¿Y qué querés recibir 
                    Si no has dentrao en la lista? 
                    127 
                    Esto sí que es amolar-, 
                    Dije yo pa mis adentros; 
                    Van dos años que me encuentro 
                    Y hasta aura he visto ni un grullo; 
                    Dentro en todos los barullos 
                    Pero en las listas no dentro. 
                    128 
                    Vide el pleito mal parao 
                    Y no quise aguardar más... 
                    Es güeno vivir en paz 
                    Con quien nos ha de mandar; 
                    Y reculando pa atrás 
                    Me le empecé a retirar. 
                    129 
                    Supo todo el Comendante 
                    Y me llamó al otro día, 
                    Diciéndome que quería 
                    Aviriguar bien las cosas... 
                    Que no era el tiempo de Rosas, 
                    Que aura a naides se debía. 
                    
                      
                    130 
                    Llamó al cabo y al sargento 
                    Y empezó la indagación: 
                    Si había venido al cantón 
                    En tal tiempo o en tal otro... 
                    Y si había venido en potro, 
                    En reyuno o redomón. 
                    131 
                    Y todo era alborotar 
                    Al ñudo, y hacer papel; 
                    Conocí que era pastel 
                    Pa engordar con mi guayaca; 
                    Mas si voy al Coronel 
                    Me hacen bramar en la estaca. 
                    132 
                    ¡Ah, hijos de una...! ¡la codicia 
                    Ojalá les ruempa el saco! 
                    Ni un pedazo de tabaco 
                    Le dan al pobre soldao, 
                    Y lo tienen, de delgao, 
                    Más ligero que un guanaco. 
                    133 
                    Pero qué iba a hacerles yo, 
                    Charabón en el desierto; 
                    Más bien me daba por muerto 
                    Pa no verme más fundido: 
                    Y me les hacía el dormido 
                    Aunque soy medio despierto. 
                    Y eso sí, en lo delicaos, 
                    Parecen hijos de rico. 
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