ESTERILIDAD
POR CAUSA HORMONAL
Cuando la
infertilidad es de causa hormonal
Dentro de las
múltiples causas que dificultan la concepción de un hijo,
las alteraciones en la endocrinología son una de las más
importantes y frecuentes, con solución la gran mayoría de
ellas.
¿Qué hormonas son las que se pueden alterar?
En la
estudio básico de la esterilidad se estudian principalmente
3 grupos de hormonas:
las del eje
hipotálamo-hipófisis-ovario, que son las que regulan el
ciclo menstrual, y estas son la FSH u hormona
folículoestimulante, LH u hormona luteinizante y estradiol
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las hormonas tiroideas, que regulan la función de la
glándula tiroidea y que son importantes para la correcta
evolución de la gestación, y son la TSH u hormona
estimuladora del tiroides, y la T3/T4.
La prolactina,
hormona que regula varias funciones endocrinas en el cuerpo,
sobre todo la producción de leche materna, pero también
puede influir en el ciclo menstrual
Existen otras muchas hormonas que se
pueden determinar para precisar con más detalle el
diagnóstico (17-OH progesterona, androstendiona y
testosterona, sulfato dehidroepiandrosterona….) pero las
mencionadas son las más empleadas y las más informativas.
¿Cómo se estudian estas hormonas?
Para el estudio de la función ovárica, las hormonas se deben
extraer al principio del ciclo menstrual, entre los días 2 y
5 del ciclo, idealmente el tercer día de la menstruación.
Para el resto, no es
importante el día del ciclo ya que sus valores no oscilan
con el ciclo menstrual, a diferencia del otro grupo
hormonal.
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Para el estudio de la función
ovárica, las hormonas se deben extraer al principio
del ciclo menstrual, entre los días 2 y 5 del ciclo |
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¿Qué significado tiene cada una?
Las hormonas FSH-LH-E2 nos van a servir para diagnosticar
básicamente una escasa reserva ovárica, lo que significa un
envejecimiento prematuro de los ovarios. También estos
valores nos pueden ayudar al diagnóstico de una falta de
ovulación –anovulación- por una inversión del cociente FSH/LH,
lo que sugeriría ovarios poliquísticos, aunque en este caso
la ecografía probablemente sea más útil.
La alteración
de la TSH puede poner de manifiesto hipotiroidismos
(funcionamiento “escaso” o “lento” de la glándula tiroidea)
muy frecuentes en mujeres jóvenes, o al contrario,
hiperfunción de la glándula o hipertiroidismo.
Una
prolactina elevada puede no ser gran cosa, ya que al
tratarse de una hormona de estrés, el simple hecho de
extraer sangre para su análisis puede hacer en muchas
mujeres que su cifra se eleve; una determinación seriada a
la media hora obviaría este efecto. Por otro lado, si está
elevada, debe descartarse la presencia de un prolactinoma
–lesión en la hipófisis que secreta esta hormona- mediante
una resonancia magnética. Su elevación puede hacer que el
ciclo menstrual sea irregular, y suele acompañarse de
secreción por pezón, aunque no siempre es así.
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¿Cuáles son las
soluciones para cada caso?
Obviamente, si el tiroides no funciona
adecuadamente, un endocrinólogo deberá llevar el
tiroides a ser normofuncionante con un estudio
detallado y un tratamiento adecuado con hormona
tiroidea o con lo que precise cada caso.
La
hiperprolactinemia, una vez descartado el
prolactinoma, se puede tratar con inhibidores de
su secreción, dentro de los muchos que existen en
el mercado.
La disminución de
la reserva ovárica no tiene tratamiento, pero nos
orientará de cara a qué protocolo o incluso qué
técnica de reproducción asistida deberemos
emplear. |
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Y al varón, ¿se le estudian también sus
hormonas?
Si el varón no tiene un seminograma
adecuado, la causa puede ser hormonal. Una inadecuada
producción de FSH o incluso de testosterona puede afectar a
la espermatogénesis