“Bendigo la
sagacidad y el consejo de Leopoldo Lugones que
señaló para goce del alma y retozar de mi
caballo, las famosas grutas pintadas de Cerro
Colorado” Atahualpa Yupanqui- “El canto del
viento”
Tres son los cerros
principales de esta región, el Veladero, Inti
Huasi, y el Colorado que da nombre a la región.
El Veladero cuenta la tradición oral le debe su
denominación porque en la casa de don Zenón
Gutiérrez, uno de los primeros pobladores de la
zona, ubicada casi al pie del cerro, se velaba
una imagen de Cristo a partir del jueves santo
hasta el sábado de gloria a las 10 horas de la
mañana.
El Inti Huasi (casa
del sol) relatan los lugareños se denomina
porque tenía un sol pintado, que fue arrancado,
robado y llevado a Inglaterra, o sea que al
primer estudio de investigación realizado por el
matrimonio Gardner lo pagamos demasiado caro,
desconocemos si se realizó trabajos de
recuperación. Así lo afirma A. Yupanqui en su
libro “El canto del viento”.-“Llevaron el sol
del Inti Huasi, descuajado de la mole pétrea,
ahora exhibido en el museo de Londres”-
Seguramente esta fue una de las
pictografías más importante, pero quedan más de
30.000 representaciones de la fauna que habitaba
la región: pumas, yaguaretés, víboras, llamas,
cóndores, suris etc. Además de guerreros
emplumados, cazadores con arco y flecha,
hechiceros y muchos motivos que aún quedan por
descifrar. Lo más importante es seguramente ese
verdadero documento que muestra el encuentro de
las dos culturas: la nativa y la de la
conquista.
Las pinturas se
realizaron directamente sobre las paredes de los
aleros y oquedades. Los colores de origen
mineral se mezclaron con grasa animal,
habiéndolos aplicado directamente sobre la
roca, los más usados fueron (rojo óxido de
hierro), negro (pirlusita) y el blanco sulfato
de calcio, probablemente obtenido de huesos
pulverizados o cáscaras de huevo, hay también
escasas pinturas que poseen un ligero tono
celeste.
El estado actual según lo pudimos
ver quienes hacemos esta nota en enero 2000 no
es el mejor, es de esperar que no sigamos
cometiendo actos como la destrucción de un alero
del cerro Veladero para la construcción de la
actual capilla del pueblo de Cerro Colorado,
donde según Pedersen había pinturas rupestres de
gran semejanza a la iconografía runa o en nombre
del progreso eliminar pinturas puntiformes
semejantes al propósito del quipu para hacer un
camino de Cerro Colorado a Caminiaga.
Con el lucero del
alba
la cuesta
repecharé
ya están los
gallos cantando
se me hace,
vidita
que no h´ei de
volver,
adiós mi cerro
querido,
mis piedras
pintadas
ya no h´ei de
volver.
Zamba de otoño- Yupanqui/Del Cerro