CALERA MANUEL BARQUIN
NOTA 2
En la
nota anterior hablábamos de la
llegada de los primeros inmigrantes
el 1 de julio de 1857 a la llamada
calera de Barquín a orillas del río
Uruguay, los restos de la misma se
encuentran en lo que hoy es el
Parque Nacional El Palmar, vale la
pena contar algo de su historia.
En el
año 1778 el Virrey Vértiz envió a
este lugar a Don Manuel Barquín con
25 soldados a instalarse y explotar
la calera. Como en esa época en
Entre Ríos no había pueblos, ellos
tuvieron que sembrar los campos
cercanos además de trabajar en los
hornos. Esta comunidad fue
autosuficiente hasta el punto de
tener su propia capilla que entre
1785 y 1811 registró 49 bautismos y
25 defunciones. La calera fue una de
las primeras que funcionó en el
virreinato y posibilitó la
construcción de edificios de más de
un piso en Buenos Aires, el depósito
donde se almacenaba los sacos de cal
tenía techos de palmeras, su
cercanía al río lo volvía
privilegiado para el traslado
fluvial.
Ruinas
de la calera de Barquín
Descendientes de aquellos que
llegaran en 1957, fueron los
hermanos Maury quienes se afincaron
a orillas del arroyo Urquiza y
comenzaron su monumental obra: en el
año 1884 el arroyo ya había sido
embalsado y las maquinarias del
molino molían los primeros granos de
trigo, para la época fue una obra
impresionante de ingeniería
hidráulica.
El
molinero de Dios
está cerniendo su harina
cómo es de blanca, mi Dios
cómo es de blanca y fina.
Cuanta harina en el sendero
en
la montaña, en la selva,
dale mi buen molinero,
que
harina todo se vuelva.
(Fragmentos de “El molinero” Alfredo
Bufano)
El
lago allí formado tenía hacia el
poniente un murallón que contenía el
empuje del agua y hacia el este se
encontraban las compuertas con
pilares de roca que regulaban la
altura del mismo lago.
Teniendo todo listo, socavaron hacia
el norte un gran túnel con sus
pilares y un registro de entrada,
dentro del mismo foso de la turbina,
con una caída de 5 metros sobre la
misma, entonces la caída del agua
sobre los álabes de la turbina daban
vida al eje central y este por medio
de poleas y engranajes ponían en
marcha la maquinaria.
Pero…a
veces la naturaleza cobra su precio
a aquellos que quieren modificarla y
así fue que en la época de las
grandes lluvias derrumbaron el
emprendimiento. Fu e don Quintín
Fuseo quien instalaría sobre el lado
norte del edificio un motor a
explosión y uno a vapor, de esta
manera la energía eléctrica llegó a
Entre Ríos antes que Jorge Newbery
iluminara Buenos Aires.
La
tercera y más floreciente etapa
estaría a cargo de don Juan Fabiani,
quien había llegado de Gualeguay.
Balanza para pesar las bolsas
Hasta
el año 1920 la harina se envasaba en
bolsas de 90 kilos y a partir de esa
época se redujo a 70 kilos.
En el
año 1928 se batió records de
cosechas, llegó a haber almacenadas
más de 14000 bolsas de trigo a la
espera de la molienda, las estibas
de cereal apiladas en el patio eran
cubiertas con encerados y llegaban
hasta la altura de 27 bolsas.
Máquina para fabricar harina
El acarreo desde y hacia la estación
Bella Vista se hacía en diez carros
como el de la foto de abajo que
podía llevar hasta 40 bolsas de
cereal o 30 bolsas de harina por
viaje. El jornal del personal por
tan duro trabajo era de $ 4 por día
completo de trabajo. El viejo
molino se detuvo el 11 de octubre de
1929 siendo reemplazado por otro
más moderno en el puerto de
Concepción del Uruguay.
Agradecemos la colaboración para
este nota a los actuales
administradores de “Ruinas del Viejo
Molino” Ruta 14 Km 144 Arroyo
Urquiza, colonia Hughes. Entre Ríos.