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HISTORIA DE LOS MOLINOS ENTRERRIANOS
 

Muy cerca de la ciudad de Colón, Entre Ríos se encuentran los restos de los dos primeros molinos harineros construidos en esta provincia en el siglo pasado: El viejo Molino de los hermanos Maury y el Molino Forclaz.

A este último se llega por la avenida Perón, luego ruta provincial 103 y después de pasar el arroyo Artalaz a su izquierda por el camino de tierra aproximadamente a 4 kilómetros.

Quien ordenó la carga del arado

ordenaba la  muerte ese mismo día,

Indio, dime que soy tu perdonado

por el trigo inocente que nacía.

José Pedroni

Molino Forclaz

La colonización de esta zona comienza en 1857 con la fundación de la Colonia San José.  En lo que entonces se llamaba Calera de Barquín donde se estableció un contingente de alrededor de 600 inmigrantes saboyanos piamonteses, suizos alemanes, suizos franceses.  Luego siempre por iniciativa del General Justo José de Urquiza  fueron llegando hasta 186l nuevos colonos hasta totalizar 2000  y desde allí como un  polo colonizador fueron naciendo Colón en 1863, Colonia Hughes el 1 de mayo de 1881 y por último Villa Elisa.

Porque ellos vinieron a alumbrarles pueblos

a esta inmensa madre que cobija tierra

bajo su bandera.

 La paz, el trabajo,    El amor, la siembra,

la justa y honesta virtud de  los hombres

la fiesta infinita de hermanar la vida

con  la primavera.

D. Altamirano/Julio Sáenz

(Fragmento de Patriarcas de la Esperanza)

Ruinas de Calera de Barquín a orillas del río Uruguay.

El primer director de la Colonia San José fue Alejo Peyret, quien apoyó al matrimonio Forclaz a la instalación del primer molino. Este era de los llamados “a malacate”, accionado por mulas, pero no por ello dejaba de tener una precisión casi “de relojería suiza”, girando en el sentido de las agujas del reloj, un gran engranaje con dientes de madera dura, como se puede ver en la foto, estaba instalado en un pozo y allí hasta un determinado nivel tenía agua con sebo, el que hacía las veces de lubricante.

El movimiento se trasmitía a un  piñón y por medio de reducciones se accionaba la piedra de molienda, esta giraba 8 veces por cada vuelta de malacate.  El caminar no siempre parejo de los mulares producía un golpeteo, que se evitaba con contrapesos de piedra.

El molino estuvo listo en 1880 y así funcionó hasta 1937, año en que fallece la señora de don Juan Bautista Forclaz.  Para mejorar su rendimiento y la producción se construyó un nuevo molino (ver foto arriba) que funcionaría a energía eólica munido de dos piedras de molienda   pero aunque todos los cálculos fueron perfectos en cuanto su construcción, hubo uno insalvable “la fuerza del viento” que no era la adecuada para esta maquinaria de reminiscencias holandesas, que solo logró funcionar una sola vez durante una terrible tormenta.
 

Fuente: Senda Folclórica - Graciela Arancibia
     
 
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