Esta
nota obtuvo el Segundo
Premio del Concurso Rinc�n
Gaucho en la Escuela. Su
autor es alumno del 7� A�o
en la Escuela N� 442
Raymundo F. Ramos, de
Colonia Acaragu�, Alba Posse,
Departamento 25 de Mayo,
Misiones. El alumno describe
una singular competencia que
desde hace 13 a�os se
organiza en Barrerito, una
colonia ubicada a orillas
del r�o Uruguay, donde viven
unas 80 familias de
productores minifundistas
que cultivan tabaco y
confeccionan escobas. En
este lugar se entremezclan
las culturas argentina y
brasile�a.
"Del
Barrerito le
traer�/florcitas de
guayubira/a Santa Rita y le
pedir�/que nos ablande la
vida./Andando en carro
polaco voy/ rumbeando a
Barra Bonita"...Canci�n
oficial del Municipio de
Alba Posse (Fragmento).
En el
paraje Barrerito, a pocos
kil�metros de la frontera
con Brasil, se realiza cada
a�o una fiesta bien criolla,
la Fiesta del Carretero,
cuyo atractivo principal
-adem�s del asado y las
empanadas- es la carrera de
carros. Este veh�culo es,
para la gente que vive en
las zonas rurales, una
eficaz herramienta de
trabajo. Se trata de un
carruaje de madera apoyado
sobre cuatro ruedas y un eje
del mismo material, tirado
por una yunta de bueyes.
Cada uno de estos animales
responde a nombres como "fasero"
(contento), "ga�sho"
(gaucho), "yib�" (ceb�),
"osco" (negro y rojo), "baio"
(bayo blanco y gris), "carboum"
(carb�n, negro), "bunito"
(bonito), "pintado" (con
manchas), "campi�m"
(campe�n) y "moro".
Los
colonos utilizan el carro
para transportar el tabaco
-principal cultivo de la
zona-, trasladar la madera q
ue utilizar�n en la
construcci�n de sus casas o
de los chiqueros, llevar la
le�a al hogar, buscar y
acarrear el ma�z y la
achicoria de monte, con los
que se alimentar�n los
chanchos y las vacas, buscar
las compras del pueblo,
llevar a los "gurises" a la
escuela y, los fines de
semana, salir con la familia
a pasear o a escuchar la
misa en la capilla m�s
cercana.
Los
varones deben aprender desde
muy chicos a conducir el
carro y a manejar a los
animales para ayudar a sus
padres en las tareas
rurales. Este entrenamiento,
que requiere de una gran
agilidad y desenvoltura, se
transmite en forma oral, de
generaci�n en generaci�n.
Idea
exitosa
En 1989
un grupo de vecinos de
Barrerito, impulsados por el
director de la escuela N�
394 Florcita de Guayubira,
tuvo la idea de organizar
una carrera de carros como
entretenimiento de un d�a de
campo. Y tal fue su �xito
que la fiesta creci� cada
a�o hasta convertirse en un
acontecimiento muy esperado
en la zona. La carrera de
carros se realiza en un
potrero junto a la escuela,
en un terreno desnivelado y
pedregoso. Los participantes
deben recorrer un largo
circuito y cumplir varias
pruebas en el menor tiempo
posible.
En primer
lugar, los concursantes
deben ensartar la canga a
los bueyes y, al sonar de un
silbato, largarse a la
carrera. Despu�s aparecer�n
desaf�os como cargar y
descargar toras de le�a,
atravesar el arroyo, subir
un barranco, palear tierra,
desgranar ma�z y abrir una
tranquera. El carro es
conducido por un solo
competidor, que deber�
mostrar una gran destreza y
habilidad en el manejo de
este transporte: tendr� que
guiar a los animales s�lo
con las riendas y la voz
pues no est� permitido el
uso del l�tigo ni el
maltrato de los animales.
Durante
la carrera pueden
presentarse problemas que
los paisanos deber�n tratar
de superar. Por ejemplo, que
se rompa una de las ruedas,
que se atraviese alguna rama
en los rayos o que alguno de
los animales se "empaque" y
no quiera avanzar. En este
caso, deber�n intentar
convencer a los bueyes,
tranquiliz�ndolos con la
palabra, para que contin�en
adelante.
Resultar�
ganador quien recorra todo
el circuito en menos tiempo;
los premios consisten en
elementos de gran utilidad
para el colono, como una
cocina de le�a, una
motosierra o una mochila
para fumigar. La �ltima
edici�n de la fiesta, que se
organiz� el 6 de junio
pasado, cont� con cinco mil
espectadores. Todos
disfrutaron de un hermoso
d�a de sol y la risa son�
hasta la noche con el
recuerdo de los audaces
corredores.
Fuente: Rinc�n Gaucho -Por
Mart�n Gabriel Mascare�o
Para LA NACION