Es común
considerar que las prendas vestidas en el pasado por
el gaucho han quedado limitadas a los espectáculos
folklóricos y a las "jineteadas". Sin embargo, algo
está sucediendo en procura de su rehabilitación.
La historia de este "revival" es simple: Cintia
Vietto, Marina Porrúa y Marta Rueda -diseñadora, la
primera y arquitectas las otras dos-, docentes en la
Facultad de Diseño de la Universidad de Mar del
Plata, coordinan un proyecto sobre creación de ropa
con identidad regional.
"A partir de la gran repercusión que obtuvimos a
nivel local decidimos probar suerte más allá del
pago chico", señalaron. El primer destino fue La
Pampa. "Con el apoyo de la Subsecretaría de Cultura
de esa provincia integramos varios grupos de
interesados en la creación y comercialización de
ropa representativa de lo pampeano.
Muchos de ellos se habían preocupado por
informarse sobre la vestimenta usada por el gaucho.
A ello se agrega la poderosa influencia de la
interminable llanura en que pasado y presente se
mezclan a toda hora", explicaron.
Al Sur y al Norte
Entre las prendas que se adaptaron al espíritu
del emprendimiento figura, en primer lugar, el
poncho. Su formato se presta a distintos tipos de
abrigo: el vuelo puede hacerse mangas, confiriendo
al conjunto especial estilización y confort; las
guardas y dibujos sugieren infinitas fantasías.
Si bien lo más corriente es utilizar el clásico
tejido de telar manual también los modelistas
pampeanos suelen usar géneros más livianos o
directamente tricot.
Con el poncho compiten el chiripá y el
calzoncillo cribado, resueltos casi siempre en una
sola prenda. En cuanto a chaquetas, chalecos y
camisas, que solos o combinados completaban la
vestimenta gaucha, también son adaptados a modelos
actuales; en ellos se destacan especialmente los
botones elaborados por los pampeanos con materiales
de la región.
Las docentes marplatenses no se detienen.
Siguieron camino al Sur y también hacia arriba.
"Santa Cruz y San Juan ya conocen nuestros pasos. En
el primer caso se han instalado varias líneas de
trabajo, simple respuesta a la riqueza de la oferta
tradicional: cerámica tehuelche, telar manual con
lana natural teñida con distintos vegetales, joyería
combinando cerámica, metal y cuero. Algo muy
especial es la influencia de la ropa minera en
algunas de las prendas imaginadas por los grupos de
trabajo santacruceños. En cuanto a San Juan, por sí
solo implica un mensaje diferente del de la meseta
patagónica o la extendida llanura pampeana."
Cae la tarde. En el Sur un jinete proyecta su
solitario andar contra un horizonte lejano, muy
lejano. Al mismo tiempo, otro solitario caminante
bordea un precipicio buscando trasponer la montaña.
¿Lucen chiripá y botas de potro el primero y
ojotas y poncho corto el segundo? ¡Para nada! El
jean es común a ambos, al igual que las zapatillas
deportivas.
Sin embargo, percibimos que, aun cuando
modificaron sus vestimentas se saben guardianes de
las que lucieron sus antepasados, que son
precisamente las mismas que intenta rescatar el
proyecto de las docentes marplatenses.
Por Elisa Ulloa de Porrúa
Para LA NACION