"MERCEDITAS" UNA BELLA HISTORIA DE
AMOR
Pasaba el año 1994, conocí algo de la historia de un tema
musical muy popular, los años de trabajar dentro del
periodismo en una región de la provincia de Santa Fe
hicieron que me interesara por la cultura e historia
argentina y también la de Santa Fe, sabiendo que el
Chamamé más representativo en el mundo incluyendo la
rama folklórica tenía como musa inspiradora a una mujer
que era de nuestra Argentina pero de Santa Fe.
El lugar donde se desarrolló la historia, una población
denominada Humboldt en el Departamento Las Colonias,
ubicada sobre la ruta provincial Nº 70, (tramo entre la
ciudad de Rafaela y Esperanza), población en su mayoría
de pobladores inmigrantes y luego descendientes de
suizos-alemanes, quienes se fueron adaptando a la vida
del criollo. Esta localidad que por sus inmigrantes era
prolija y limpia..
Pero allí llegamos por intermedio y gracias a la familia
Felipe, quienes me acercaron hasta la vivienda donde
residía quien buscábamos, ubicada sobre la avenida
Libertad, muy cerca del salón donde habían ocurrido los
acontecimientos. Pero nuestro arribo para realizar una
nota para un medio radial, se produjo a instantes de que
a esta musa inspiradora le comunicaban que había dejado
de existir el verdadero mentor y artífice del éxito
universal de esta historia de amor.
La comunicación muy triste llegaba de parte de la familia
Falasca, si los padres de la querida y recordada
cantante de tango Rosana “Chani” Falasca quien también
era de Humboldt cuyos restos descansan en el cementerio
local y su vivienda natal se encontraba casi enfrente de
la de nuestra entrevistada.
¿Quién era? “Merceditas”, la gran musa inspiradora del
Chamamé que lleva su nombre, escrito por Ramón Sixto
Ríos (hombre nacido en Federación, Entre Ríos
(1913-1994).- También con algo de ancestros alemanes.
Pera esta mujer se llamaba Mercedes Margarita Strickler
Kaholov, luego hasta el final de sus días habitó otra
vivienda al final casi del pueblo de la avenida de
ingreso más allá de la Plaza Redonda.
Realizamos otras tantas notas para un medio televisivo
santafesino y armamos un documental de su vida junto a
la protagonista.
Merceditas, nació en Humboldt en 21 de diciembre (sagitario)
de 1916, residió junto a su familia en la zona rural de
la población, cerca de la ruta 70, pero sobre el camino
que se dirige a Cavour. Su familia y sus abuelos eran
suizos y alemanes, por lo que sus rasgos de mujer
teutona eran indudables. Su madre, Margarita Emilia
Kahlov, su padre Alberto Strickler, su hermana
Ernestina. Vivió casi toda su vida en su casa de campo
(hoy resguardada como monumento histórico comunal), allí
a pocos km., se encuentra Esperanza, primera colonia
agrícola del País (nacida a orillas de Salado entre oros
de trigal).
Ese fue uno de los granos básicos de la agricultura
Argentina por ese entonces, no era ajeno el campo de la
familia Strickler.
Merceditas, vivió su infancia y adolescencia muy linda a su
manera y sacrificada, junto a su familia, hacia el tambo
bajo lluvias, vientos, fríos, heladas, a la intemperie,
donde los corrales con barro eran un clásico, pasaba la
rastra y sembraba, cabalgaba, con sus rizos al viento,
llegó a tener un caballo que también corría en el
hipódromo de la zona junto a un conocido del campo,
corrían carreras por los caminos saltando hasta largos
charcos de agua como una verdadera amazona, ella vivía
en un mundo netamente rural, rodeada de flores, glicinas
y también junto a su familia hacían su propia huerta,
este lugar a casi 10 Km. del poblado tenía el aroma de
la naturaleza y la simpleza de la gente de campo.
Perdió a su padre de muy pequeña, pero nos recuerda, los
viajes con su abuelo a Córdoba (Carlos Paz o Capilla del
Monte) donde disfrutaba mucho, pero también las idas al
pueblo especialmente durante los bailes de carnaval,
donde se reunía con amigas, que también provenía de San
Carlos, Esperanza, Franck o San Jerónimo. Disfrutaban de
la alegría de la juventud, claro en el campo no existían
las comodidades ni siquiera luz eléctrica, el tambo lo
realizaban bajo la luz de la luna cuando había o con
farol.
Merceditas o “Mechi” o “Cedi” como la llamaban los más
íntimos fue muy libre, también la segunda persona en
Humboldt que poseía moto, dos fueron las de su
propiedad, hasta nos contaba una anécdota que para
evitar un control policial con coraje los evitó tomando
por caminos de tierra por la noche.
Su hermana con la que fue muy compañera falleció muy joven,
algo que quedó marcado en su corazón. En su casa de
campo estaba rodeada de aves de corral, de ganado, pero
también de gatos, perros y algún loro, debilidad que
tenía por ellos y en cantidad, mientras el trinar de los
pájaros libres revoloteaban en su lugar natal.
¡¡Cuántos recuerdos!!, pero en el año 1939, llega a la
población un conjunto teatral que era el entretenimiento
de los pueblerinos, allí un joven apuesto, buen mozo de
traje azul, tocaba con maestría y profundidad su
guitarra como se acostumbraba en el intervalo, se
deslumbraba con una joven rubia de cabellos enrizados,
ojos azules y una expresión muy especial. Allí se teje
esta hermosa historia de amor en el salón del club
Sarmiento de Humboldt, sobre la calle Libertad, con ese
estilo de la época. Allí con palabras finas y una
educación que asombraba, Merceditas fue “cenicienta” por
una noche, vestía con un vestido blanco. Estaba su
príncipe, danzaron como en una película, ese apuesto
joven de traje azul de 27 años, quedó impactado en él
esta imagen descomunal.
Al final él le prometió escribir y volver, la invitó a la
gran ciudad, Buenos Aires, pero ella no aceptó, luego
cada uno sigue por su camino con el secreto de Mercedes
y sus amigas.
Pasa el tiempo, la mujer vive su sencilla vida de campo y
naturaleza, Ramón desde Buenos Aires, le escribe con
increíbles palabras finas que hoy nos sorprendería, él
le prometió compromiso y casamiento. Ella era libre, no
pensaba en ello, cartas iban y venían, él le comentaba
de sus viajes, al sur en barco, describiéndole el
paisaje tan bello, le escribía desde Uruguay y a orillas
del Yaguaron, también de su vida en su departamento
sobre la calle Pedriel en Buenos Aires, una tarde en la
que llovía y hacia sus tortas fritas, también en una de
sus cartas de las que Merceditas nos permitió efectuar
copias, las guardaba celosamente como un tesoro, allí
también la saludaba en alemán “Guten Nacht” Buenas
Noches.
Vuelve Ramón a Humbold, pasa por Santa Fe, pide su mano a su
madre, ella acepta diciéndole a Mercedes que es un buen
partido, pero ella se resiste, su vida era otra. Se
hace de conocidas en la localidad, almuerza en el
comedor “El Palenque” ubicado sobre la ruta 70 que aún
hoy allí se yergue, Sixto le dejó un anillo como un
compromiso de amor eterno, ella lo guardó hasta los
últimos meses en que alguien se lo llevo.
Pero Merceditas escucha por primera vez su tema musical por
una radio, emisora de Santa Fe que la acompañaba en su
vida campesina, diarios El Colono de Esperanza y “El
Litoral” de Santa Fe.
También escuchaba por radio a las hermanas Legrand y poseía
en sus archivos un pequeño carnet que la adjudicaba como
socia del Club de Admiradoras de las hermanas Legrand,
el escritor santafesino Gastón Gori también la rescata
con algunos escritos y trámites, se da cuenta que Sixto
le hizo un chamamé romántico, el más hermoso que se
conoce y se hace popular, Sixto fue empleado bancario,
Mercedes fue del campo, pierde a su madre, su hermana
sin antes recordar que tuvo un padrastro Enrique Hubeli.
Queda sola en el campo rodeada de la naturaleza y animales,
va y viene al poblado en sulky o a pie, pasan los años
Ramón se casó pero enviudó al poco tiempo, no tuvo
hijos, algún sobrino en el gran Buenos Aires.
Un día Merceditas transitaba en su sulky por la ruta y un
joven estudiante de la misma población la embiste y deja
de existir, lo que le marca a la mujer un problemita en
sus piernas.
Luego la trasladan al pueblo para que viva en sociedad. Mucho
tienen que ver la pareja de Maria Virginia y José
Felipe, quienes la protegían y la trasladaban a lugares
donde la homenajeaban, ellos rescataron su historia en
una población donde Merceditas fue una mas.
Después de una nota en un medio de capital federal, Sixto se
entera nuevamente de ella y la invita a la gran ciudad,
mientras tanto quien escribe la presente, trataba de
difundir a nivel nacional la historia, un grupo de
amigas la llevan y allí en su departamento de la calle
Pedriel, hablaron a solas, vaya a saber de cuantos
recuerdos y cuanto respeto, él con su guitarra entre sus
manos, mientras que sobre una de las paredes tenía de un
lado la foto de su mujer y del otro la de Merceditas, no
podía creer que enfrente tenía al amor de su vida.
Ramón deja de existir en el año 1994 a los 81 años, siempre
le envió algo de los derechos de autor a “Cedi”, ella
siguió rodeada de sus afectos, cartas, plaquetas, fotos,
recuerdos y animales. Ramón le había escrito dos temas
más “Pastorcitas de las Flores” y “Las Glicinas”
relacionadas con el ambiente campesino donde vivía “Mechi”.
Llega la gran oportunidad, el conocido conductor de
Argentinísima y conductor hasta allí por última vez de
Cosquín, tenía la gran oportunidad de presentarla sobre
el escenario, a los presentes, al país y al mundo, en un
acuerdo para que sea en horario central y televisivo, en
el festival nacional de Folklore 2001, su gente se
trasladó a la capital nacional del Folklore un grupo de
danzas de Humboldt y Franck. Un grupo de danzas
representarían sobre el Atahualpa Yupanqui, danzas
suizas alemanas y por último folklore con el tema
musical de Merceditas. Representarían su vida y la de
Ramón, al final aparecería ella en persona, sería el
gran homenaje que tendría Cosquín de una historia que
casi nadie conocía.
Merceditas en realidad no estaba enamorada de Ramón, si lo
admiró, valoró y respetó.
Mientras con anterioridad quien escribe, comunica esta
presencia a una conocida emisora de Córdoba, la que le
da difusión nacional y allí comenzaron los llamados por
ella, previamente una fantástica conferencia de prensa
documentada, hicieron que los periodistas se emocionaran
y preguntaran con cariño, llegaron hasta las lágrimas de
alguna periodista, ella contestaba todo, le realizamos
la única nota en la carpa Vip al par de la Plaza.
Ella preveía lluvia y así ocurrió, mientras a la par se
presentaban Argentino Luna, Peteco Carabajal y Ramona
Galarza que siempre utilizó su tema musical como bandera
pero seguramente nunca la conoció en personal.
Estando a pocos metros, en un grueso error se la presenta a
las 3 de la mañana bajo una torrencial precipitación, no
quedaba nadie, solo un grupo de santafesinos que la
vivaba, allí documentamos sobre el gran cemento que solo
la delegación pudo entonar el tema por si mismo
entonando el tema “Merceditas” junto a la propia musa
agitando las banderas de Santa Fe y Argentina. De
regreso Carlos A. Reuteman gobernador por entonces de la
provincia de Santa Fe, le entrega en Casa de Gobierno
una plaqueta como mujer destacada, allí en el teatro
General San Martín de Santa Fe con lleno total, gran
éxito donde al final aparece en el cuadro esa pequeña y
dulce figura de la inspiración del amor.
En pocos meses cae de manera sorpresiva su salud, enfermedad
Terminal, y hubo homenajes en Federal (Entre Rios) Santo
Tomé (Santa Fe) Brinkman (Córdoba) Humbold (Santa Fe)
(Hermanos Cuestas), una peña radial Sunchales (Santa Fe)
el 7 de julio se programa una nueva peña en esta última
ciudad, allí la llevaríamos junto a su gente para otro
homenaje, su lugar lo reemplazamos por Silvia Lasalle,
folklorista de Cosquin, porque Merceditas nunca llegó,
porque esa noche del 8 de julio por la madrugada se va
de este mundo en el hospital de Esperanza, sin antes
contarle a un compañero de habitación su historia, por
la que él le había consultado.
Su pueblo la acompaño en su paso por el templo, agrupaciones
tradicionalistas, grupos de danzas, grupo folklórico que
siempre estuvo junto a ella le entonó por última vez el
tema musical “Merceditas” de Ramón Sixto Ríos en el
campo santo local, a la par de su ataúd fue emoción para
despedir a la inspiración del amor.
Allí descansa junto a su querida familia.
Seguramente Merceditas y Ramón estarán danzando la más bella
canción de amor en el infinito universo celestial jamás
olvidado.
Fuente: MARIO FRITZLER
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