306
Pero, amigo, el Comendante
Que mandaba la milicia,
Como que no desperdicia
Se fue refalando a casa;
Yo le conocí en la traza
Que el hombre traiba malicia.
307
Él me daba voz de amigo,
Pero no le tenía fe;
Era el jefe, y ya se ve,
No podía competir yo;
En mi rancho se pegó
Lo mesmo que un saguaipé.
308
A poco andar, conocí
Que ya me había desbancao,
Y él siempre muy entonao,
Aunque sin darme ni un cobre,
Me tenía de lao a lao
Como encomienda de pobre.
309
A cada rato, de chasque
Me hacía dir a gran distancia;
Ya me mandaba a una estancia,
Ya al pueblo, ya a la frontera;
Pero él en la comendancia
No ponía los pies siquiera.
310
Es triste a no poder más
El hombre en su padecer,
Si no tiene una mujer
Que lo ampare y lo consuele:
Mas pa que otro se la pele
Lo mejor es no tener.
311
No me gusta que otro gallo
Le cacaree a mi gallina;
Yo andaba ya con la espina,
Hasta que en una ocasión
Lo pille junto al jogón
Abrazándome a la china.
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312
Tenía el viejito una cara
De ternero mal lamido,
Y al verle tan atrevido
Le dije: ¡Que le aproveche!...
Que había sido pa el amor
Como gaucho pa la leche.
313
Peló la espalda y se vino
Como a quererme ensartar,
Pero yo sin tutubiar
Le volví al punto a decir:
¡Cuidado!, no te vas a per...tigo;
Poné cuarta pa salir.
314
Un puntazo me largó,
Pero el cuerpo le saqué,
Y en cuanto se lo quité,
Para no matar un viejo,
Con cuidado, medio de lejos
Un palazo le asenté.
315
Y como nunca al que manda
Le falta algún adulón,
Uno que en esa ocasión
Se encontraba allí presente,
Vino apretando los dientes
Como perrito mamón.
316
Me hizo un tiro de revuélver
Que el hombre creyó siguro;
Era confiado y le juro
Que cerquita se arrimaba,
Pero, siempre en un apuro
Se desentumen mis tabas.
317
Él me siguió menudiando
Mas sin poderme acertar,
Y yo, dele culebriar,
Hasta que al fin le dentré
Y ahi no más lo despaché
Sin dejarlo resollar.
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318
Dentré a campiar en seguida
Al viejito enamorao...
El pobre se había ganao
En un noque de lejía.
¡Quién sabe cómo estaría
Del susto que había llevao!
319
¡Es zonzo el cristiano macho
Cuando el amor lo domina!
Él la miraba a la indina,
Y una cosa tan jedionda
Sentí yo, que ni en la fonda
He visto tal jedentina
320
Y le dije: Pa su agüela
Han de ser esas perdices.
Yo me tapé las narices,
Y me salí esternudando,
Y el viejo quedó olfatiando
Como chico con lumbrices.
321
Cuando la mula recula,
Señal que quiere cociar,
Ansí se suele portar
Aunque ella lo disimula;
Recula como la mula
La mujer, para olvidar.
322
Alcé mis ponchos y mis prendas
Y me largué a padecer
Por culpa de una mujer
Que quiso engañar a dos;
Al rancho le dije adiós,
Para nunca más volver.
323
Las mujeres, dende entonces,
Conocí a todas en una;
Ya no he de probar fortuna
Con carta tan conocida:
Mujer y perra parida,
¡No se me acerca ninguna!.
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