Por
Marina Carrara Rodríguez Docente de Música y Teatro
La
tonada cuyana es, sin duda, la canción más
representativa de nuestra región, en cuanto que es
tradicional y popular por excelencia, y tiene
características propias", sostenía Alberto Rodríguez,
quien está entre los primeros recopiladores e
investigadores de la música popular de Cuyo. "La tonada
cuyana, como otras expresiones culturales, sabemos que
vino con la conquista. Pero enraíza en la cultura árabe
andaluza, de donde hemos heredado gran parte de nuestro
acervo cultural. Es sabido que Andalucía ha sido punto
de convergencia de diversas culturas, como la invasión
árabe, la gitana, la bizantina, que impregnaron la
cultura andaluza... Hay elementos que han pasado de la
canción árabe a la andaluza y de esta a nuestra tonada.
En las reuniones y conciertos árabes, la mujer tenía un
lugar de preferencia. El canto iba dedicado a la mujer,
y esto lo ha heredado nuestra tonada". Ramón Menéndez
Pidal, eminente, estudioso e investigador del folclore
español, sostiene que en la poesía árabe, hay un lugar
destacado hacia la superioridad de la amada. "Aben Hazam,
un filósofo cordobés, trata especialmente el tema de la
amante, sumido y resignado a la voluntad de la amada. Es
un tema perdurable en la literatura árabe que dos siglos
antes era versificado por el Califa de Córdoba Al Hakem.
Hay un reconocimiento del poder que tiene la amada sobre
la vida del amante. También hay una concepción sobre el
amor sumiso, a una mujer despótica o ingrata". Según
Menéndez Pidal, en los poetas árabes andaluces del siglo
XI eran ya sentimientos conjuntos en el enamorado la
alegría y el dolor amoroso. "Hay una concepción
idealista del amor desde los tiempos preislámicos. Los
poetas andaluces la frecuentan y desarrollan cantando
desde el siglo IX . "Están presentes el amor
insatisfecho, el amor ideal, el amor ennoblecedor del
alma, el amor como símbolo de fidelidad...”
Según Rodríguez, todas estas características, las ha
heredado la tonada cuyana. "Hay diversas temáticas:
picarescas, satíricas, patrióticas, serranas, pero en
cuyo registro predominó el carácter amatorio, de la
tonada". También Alberto Rodríguez hizo en el año '61,
en España, una observación detenida de ritmos y melodías
de las canciones y danzas españolas y asegura que la
tonada enraíza en la canción andaluza. "Ésta a su vez
tiene al lado de los aportes de la música eclesiástica
bizantina, los adornos cromáticos de la influencia de la
escala octaval de la música árabe”.
La melodía de las canciones andaluzas se presta para ser
acompañada por una sucesión periódica y regular de
acordes que se han mantenido tradicionalmente en los
preludios e interludios que están fuera de texto y que
sirven al cantor para animarlo. La tonada cuyana también
tiene esos requisitos. "Otro elemento que hereda del
árabe -según Rodríguez- es el Cante Jondo (Canto hondo),
profundo íntimo, con gran carga expresiva y fuerza
dramática, y la presencia de los ayes, los síes los noes,
de dolor, de admiración y de angustia, y la presencia de
melismas, tanto literarias como musicales, sobre todo en
las tonadas líricas tradicionales. Esta forma musical y
literaria, de España, llega a América, donde según
Rodríguez va sufriendo las modificaciones propias del
tiempo, del lugar, de la cultura de cada región, de la
nostalgia de la patria lejana. "El hombre cuyano era
melancólico, hospitalario, y tuvo una gran influencia
del medio geográfico".
Según Rodríguez, la tonada cuyana tiene una gran
variedad de versificación, que la encontró dentro del
cante jondo, "la tona chica " y la "tona grande", cantos
que como su nombre lo indica, uno de menor vuelo, más
popular, en cuartetas y quintillas y el otro en décimas
de mayor vuelo que es para nosotros la tonada lírica.
"Lo más popular en la interpretación de la tonada es el
dúo masculino (primera y segunda voz); en menor escala
los dúos femeninos, que los hubieron y muy buenos".
Según la doctora Olga Fernández Latour, la música de
Cuyo era para ser interpretada por laúdes, y el caso de
Alberto Rodríguez es único en el país ya que hace la
transposición al piano, donde consigue plasmar las
armonizaciones, preludios e interludios propios de la
música cuyana sin alterar la esencia. De modo que cuando
uno escucha la melodía cuyana, la escucha con el mismo
sabor, con la misma autenticidad, que cuando se escucha
con instrumentos de cuerda. Para esto se requiere un
gran dominio instrumental y técnico".
Otra característica de la tonada es el cogollo, o
dedicatoria. Era insustituible, en las reuniones,
dedicarle una tonada con un cogollo o al dueño o dueña
de casa o a una persona en especial que quisieran
homenajear (dentro de la tonada improvisan una estrofa
cantada, que por lo general es la estrofa final).
En el año 1949, Alberto Rodríguez dirige la primera
orquesta sinfónica de música nativa, con músicos del
teatro Colón, que se presentó en Mar del Plata, donde
por primera vez la tonada cuyana es interpretada con
orquestación sinfónica. En los años ’90, el maestro Luis
Gorelik hizo lo mismo con la orquesta sinfónica de la
Universidad Nacional de Cuyo. "No hay melodías sencillas
cuando se trata de orquestar una canción popular. Es
fundamental, aparte del conocimiento teórico de los
ritmos, el conocimiento de la cultura de donde proviene
una melodía, si no resulta algo híbrido, por muy buenos
músicos y orquestación que haya".
Alguien en sus ultimas notas le preguntó: “¿Qué es para
usted la tonada?” Y él respondió: "He dado muchas
definiciones de la tonada. Pero si tengo que responder
con el corazón le contesto que es la música celestial.
Mi casa es templo de la tonada. Es la hermana mayor del
folclore argentino".
Fuente:
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