José
Larralde nació un 22 de octubre de 1938 en Huanguelén, Provincia de
Buenos Aires - Argentina
Escribió sus primeros versos a los siete años de edad, iniciando así un
camino vasto y fecundo que lo llevaría inexorablemente al corazón de los
Argentinos. Descendiente de vascos y árabes, don José ha sido trabajador
rural, tractorista, albañil, mecánico, soldador y, como él mismo se
define, guitarrero y cantor.
Vivió frente a la casa de don José Dip y allí escuchaba continuamente a
Jorge Cafrune. Un día le pidió a don José Dip que le presentara a Jorge
Cafrune.
Durante una noche
de 1966, en un asado en casa de don Eduardo Sanz, tío de Larralde, don
José Dip le dice que allí le presentará a Jorge Cafrune.
Allí, José le pasa
a Jorge los temas que había compuesto, el último de los cuales, era "Sin
pique". Luego de escuchar la interpretación de Larralde de "Sin Pique",
Cafrune quedo prendado del tema y le pide a don José Dip que al día
siguiente llamara a Hernán Figueroa Reyes, director de grabaciones de
CBS, porque quería grabarlo en esa semana. Hernán le dice a don José Dip
que ello es imposible porque estaba listo para salir el LP "Yo digo lo
que siento". Pese a todo, Jorge se empecina y lo graba enseguida.
Conjuntamente con "Permiso", "Sin Pique" apareció en el siguiente LP de
Jorge, titulado "Jorge Cafrune" (CBS 8745), en 1967.
Veinte días después,
Cafrune regresa a Huanguelén pues tenía que actuar en una localidad
cercana, muy pequeña, llamada Girodías. Jorge hizo invitar a "Pepe"
Larralde para que le acompañe.
En aquella oportunidad, Cafrune interpretó 3 temas, presentó a Larralde
y ya no cantó más. Toda la noche quien cantó' fue Larralde. Desde
entonces, en todas sus actuaciones, Cafrune siempre mencionaba "a un
chango de Huanguelén", promocionando a Larralde.
En el año 1967, José Larralde grabó el primero, de una serie de treinta
y un discos editados en la Argentina. Su intensa actividad discográfica
sufrió interrupciones sobre todo por el contenido crítico de la mayoría
de sus canciones. En todas ellas, están presentes las vivencias de
oficios, situaciones y personajes que conoció y vivió a lo largo de su
vida. Personalmente, además, ejercicio las más diversas ocupaciones en
el medio rural. A sus versos, tal vez por desconocimiento del medio
geográfico y social en que nació y creció, suele endilgárseles cierto
hermetismo y rebuscamiento.
No obstante ello, si se analiza globalmente toda su producción, es fácil
entender el porqué de la adhesión y fidelidad del público. Este quizás,
valorice el desprecio del intérprete hacia la maquinaria comercial que,
las mayoría de las veces, ha sido principal causante del bastardeo y
desvirtuación del género.
En efecto, Larralde, desde hace años, desarrolla su labor artística
lejos de los circuitos comerciales masivos de festivales y casi sin
apoyo promocional y publicitarios de las grandes empresas de
comunicación. Ello no le impidió, no le impide, ni le impedirá seguir
concitando la atención y el apoyo de nutridos núcleos de seguidores en
cada uno de sus recitales.
Su canto trascendió nuestras fronteras para llegar a países como
Alemania, Australia, México, Brasil, Colombia, Venezuela, Uruguay,
Paraguay, Chile y España entre otros. Como dato elocuente de su
popularidad, baste decir que las ventas de sus discos han superado
largamente los doce millones de unidades y que su obra más popular
"HERENCIA PA´ UN HIJO GAUCHO", lleva vendidas, ya, más de cinco millones
de placas.
Fue uno de los pioneros en difundir los loncomeos y cordilleranos de
origen y ambientación patagónica recopilados y/o compuestos por los
hermanos Berbel. Ocasionalmente abordó canciones del Litoral y Cuyo, o
rescató viejos valses criollos como "Temblando" (Alberto Acuña -
Gualberto Márquez "Charrúa"); "Cardo" (Pedro Noda - Enrique Uzal).
Recientemente lo han reivindicado, como modelo, algunos músicos del rock
pesado local, en particular Ricardo Iorio, ex líder del grupo Hermética.
En 1995 se le otorgó el premio Konex al mejor cantante masculino de
música de raíz folklórica, y en 1995 y 1996 obtuvo sendos premios ACE
(Asociación de Cronistas del Espectáculo).
Como compositor, tiene en su haber mas de seiscientas obras, trescientas
de las cuales no han sido editadas hasta el momento.
Cantor orillero, tal como él gusta que le llamen, exhibe hoy una
trayectoria tan notable como digna, pues se ha alejado voluntariamente
del consumismo perverso tan característico de nuestra sociedad. Sin
embargo, y a pesar de ello, su gente no lo olvida. Así lo demuestran la
concurrencia a cada una de sus presentaciones y las sostenidas ventas de
sus discos. Su éxito artístico esta bien sustentado en la auténtica y
sincera expresión campera tanto como por el permanente testimonio que ha
dado, a lo largo de toda su obra, de sus convicciones.
En 30 años, José Larralde, ha forjado una mística acaso única en el
folklore argentino. Su clara y potente voz y su estampa de patriarca
contrastan respecto de su obra, que siempre recurre sólo a lo
imprescindible para mostrar las cosas más comunes de la vida cotidiana.
Larralde dice sus verdades (dice verdades), y las dice con una
convicción tal que las mismas trocan en universales. Canciones como "A
las once menos cuarto", "Patagonia", "Y otras cosas fuleras" o sus
monólogos, que regala entre tema y tema, muestran un Larralde sagaz,
agudo y atento observador de la realidad del hábitat circundante. Pero
Larralde no se queda allí, también es testimonial (muy testimonial),
cuando arremete denunciando las desigualdades entre pobres y ricos,
entre peones y patrones o entre los "todopoderosos" señores instruidos
de la ciudad y los, aún hoy, desprotegidos trabajadores rurales.
Capaz de cantarle una bella despedida al cigarrillo (o al mate) como
narrar poéticamente la envidia del pájaro preso ante la algarabía de los
gorriones libres, Larralde observa, escribe y canta aquellas cosas que,
en la premura por "vivir" lo nuestro, pasamos por alto.
Allí, en sus canciones y en su poesía de neta y auténtica raigambre
campera, está el secreto de este autor de obras que recorren el país de
punta a punta dejando, en cada pueblo, un poco del hombre que les dio
vida.
José Larralde es, hoy en día, el único compositor del folklore nacional
capaz de mostrar bellamente la esencia del hombre de nuestras llanuras.
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