SAMUEL LAFONE QUEVEDO
1835-1920

Relata Vicente C�tolo en su NUEVO DICCIONARIO ARGENTINO, que este industrial, humanista, arque�logo, etn�grafo y ling�ista, hijo de Samuel Lafone Fischer, ingl�s y de Mar�a Quevedo y Alsina, Argentina, naci� en Montevideo un 28 de febrero de 1835.

A los 13 a�os fue enviado por su padre a Inglaterra, y all�, en la Universidad de Cambridge, obtuvo el t�tulo de magister artum, es decir, bachiller en humanidades. 

Regres� al Uruguay, y de all� se traslad� a Catamarca, donde qued� al frente de la explotaci�n de las minas de Las Capillitas, en 1859. Vendi� el ingenio "Victoria", de El Paso, que pertenec�a a su padre, y compr� a 25 Km. al sur de Andalgal�, un extraordinario algarrobal. En pleno desierto, realiz� una fundaci�n de contornos casi ut�picos. Con amplia visi�n de la vida, y en torno a aquel ingenio, levant� casas para sus 500 obreros. Tom�ndolo como centro social erigi� un magno templo, instalando en las cercan�as del mismo, amplias aulas para escuela, como tambi�n su propia morada. Todo fue hecho, seg�n un plano meditado, y bien ejecutado. Era un inmenso c�rculo de unos 400 metros de radio, rodeado de un bosque. Todas las instalaciones del ingenio estaban a un lado, y las casas de los obreros al otro, pero en el centro situ� la iglesia, la escuela, la farmacia y los comercios. Evidentemente, lo que buscaba era constituir una unidad social, espiritual y cultural, a imagen de las reducciones guaran�es. Pilciao (as� se llamaba el lugar) lleg� a ser un centro religioso y cultural, que casi no ha tenido par en tierras argentinas. 

Entre 1886 y 1892, los impuestos elevados arruinaron aquella empresa industrial, y en el postrero de esos a�os se clausur�.

Desde a�os antes a 1892, Lafone ya hab�a mostrado inter�s por conocer todo lo referente a la cultura ind�gena de Catamarca. Ya consagrado por completo a la ciencia, recorri� estos valles desde Bolivia y recogi� numeroso datos inc�sicos y preinc�sicos. Encontr� apoyo en quienes fueron sus amigos: Bartolom� Mitre, Vicente F. L�pez y los doctores Francisco Moreno y Juan B. Ambrosetti. Cuando escribi� Londres y Catamarca, estaba en el apogeo de sus estudios.

Entre las numerosas obras que escribi�, se destacan por su importancia: Introducci�n y notas a la lengua mocov�, seg�n el Padre Tavolini; Vocabulario Mocov�-Espa�ol fundado en los del P. Tavolini; Los Huacos de Cha�ar-Yaco, provincia de Catamarca; A traveller’s notes in the Calchaqui region, Argentine Republic; Un cap�tulo suelto de filolog�a argentina; Los huacos de Yocavil, El pueblo de Batungasta, Ensayo mitol�gico; El culto de Tonapa; Cat�logo descriptivo e ilustrado de los Huacos de Cha�ar-Yaco (provincia de Catamarca); La Virgen del Valle; Arte de la lengua Toba por el padre Alonso B�rcena; Los Lules; C�rdoba de Calchaqu�, Londres y Ca�ete; el Mij� y el Zoque; Estudios araucanos; Nombres de lugar y apellidos indios de etimolog�a y eslabones aislados de la lengua Cacana; Grupo Guarycur�-Mocov�; Idioma Abip�n; Los indios Chanases y su lengua; La raza pampeana y la raza guaran�a; etc

En 1891, inici� la Historia de la Virgen del Valle; con la cualidad de gran bibli�filo que lo caracterizaba realiz� en esta obra la tarea magna del investigador tenaz y concienzudo, revelando en ella, con toda la verdad hist�rica arrancada paso a paso y en una inacabable y minuciosa correlaci�n de detalles, el profundo conocimiento adquirido de los acontecimientos que tuvieron por escenario los valles calchaqu�es, antes del advenimiento de la colonizaci�n espa�ola. A Lafone Quevedo se le debe la filiaci�n exacta de los indios jur�es y las primeras investigaciones etnol�gicas sobre los ind�genas de dichos valles y de Tucum�n. 

En la provincia de Catamarca, donde residi� tantos a�os, realiz� profundos estudios sobre la materia en la que adquiriera vastos conocimientos, fund� escuelas con el exclusivo prop�sito de instruir a los indios. Su af�n pedag�gico hizo que entre 1878 y 1892 se le nombrara inspector de toda la ense�anza primaria en el Departamento de Andalgal�.

En 1890, se traslad� a Buenos Aires, donde le fue otorgado el t�tulo "honoris causa" de la Facultad de Filosof�a y Letras. Continu� cultivando su especializaci�n en ling��stica y arqueolog�a, y en 1906, fue nombrado director del Museo de La Plata, al mismo tiempo que era decano de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de La Plata. Fue tambi�n miembro de la Junta de Historia y Numism�tica. Desempe�� numerosas comisiones cient�ficas y ocup� diversos cargos p�blicos.

Muri� en La Plata, el 18 de julio de 1920.

M�rquez Miranda, uno de sus alumnos lo describe de la siguiente forma: "figura peque�ita, menuda, �gil y fina, como estilizada por el correr, ya dilatado, de los a�os. La figura de ese viejecito ilustre, que parec�a cosa de museo, �l mismo, con su 'jaquet' abotonado hasta muy arriba, de corte arqueol�gico y de color deste�ido por el tiempo, con su enorme paraguas verde en las manos nerviosas y enjutas, como un personaje de Dickens. As� pasaba, con el cuello envuelto en su chalina de vicu�a, tejida en su telar catamarque�o, por los corredores de la Facultad de Derecho de la Plata, rumbo a la presidencia de la Universidad, de la cual era guardasellos. Y los bulliciosos muchachos estudiantes, que all� en los a�os anteriores a la Reforma universitaria le ve�amos pasar, guard�bamos por un instante respetuoso e involuntario silencio"

  Fuentes: http://www.folkloredelnorte.com.ar
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