Nació el 15 de Mayo de 1925 en el chaco santafecino, en
el pueblo de Las Garzas según fue anotado, pero en realidad fue hijo del
monte, "La forestal" y la naturaleza. Nació del matrimonio de un nativo
de la zona bautizado como José Rodriguez y Feliciana Cereijo de
Rodriguez nacida en León, España.
El padre, indio y hachero del Chaco correntino, de muy
niño fue llevado por un resero que lo pidió prestado para ayudar en el
arreo. El hombre mató a otro en el camino y, mientras huía de la
justicia se internó en Santa Fe donde abandonó a la criatura en una
chacra de una colonia de chacareros españoles. Allí le prestaron un
apellido y luego se casó con una española, doña Feliciana Cereijo.
Trabajó como hachero de La Forestal, y tuvo que ir adonde lo llevaba la
empresa. Vivían a pleno monte y allí es donde nacieron los hijos,
catorce en total. El 15 de mayo de 1925, cerca de Guasuncho o de
Intillaco, precisamente en el monte nació el antepenúltimo, Heraclio
Catalino, quien luego pasaría su infancia en Alto Verde, un pueblito
humilde del litoral argentino (como dice en su zamba
La litoreña). Porque Heraclio Catalino Rodriguez es el verdadero
nombre de Horacio Guarany.
Desde niño lo atrajo la música, especialmente el
canto, y aprendió a tocar la guitarra con el maestro Santiago Aicardi.
También le gustaba escribir, y en un cuaderno le escribía a personajes
largas cartas que nunca se enviaron; ya más crecido abrió sus ojos al
amor y le escribía a la muchacha de sus sueños cartas igualmente sin
destino.
A los 17 o 18 años fue a Buenos Aires a probar suerte
con el canto, pero la ciudad era dura. Vivía en una piecita de la calle
California y cantaba en la Boca, en un boliche llamado "La rueda"
(Almirante Brown y Necochea), donde los parroquianos le obsequiaban
botellas de cerveza. Él con otros que cantaban allí reunían una docena
de botellas por noche, se las cambiaban por dinero a don Carballo, el
bolichero, y así comían al día siguiente. En una oportunidad en que
estuvo enfermo y debió internarse en el Hospital Rawson, le prestó la
piecita de la calle California a un amigo, que se fue con el calentador,
la pava y la olla. ¡Todo lo que tenía!.
Quedó en la calle, y uno de sus hermanos, a través de
un amigo, le ofreció embarcarse. Horacio aceptó, y ni bien subió a bordo
lo mandaron a hacer la provisión. Así se enteró de que se había
embarcado como cocinero, oficio que no conocía, aunque sí el de
marinero. Pero tuvo que hacerlo para que no lo echaran. Mientras hacía
la provisión, un cocinero tartamudo, que después se hizo maestro de
cocina de los barcos que iban a Europa, le dijo: "Eso no te alcanza para
dos horas". Porque compraba un kilo de cada cosa. Le recomendó comprar
una panceta grande, un tocino entero y unas damajuanas de vino, y así
salió del paso.
Según sus propias palabras, Horacio Guarany ha tenido
todos los oficios necesarios para poder seguir viviendo sin saber nada.
Sin embargo declara haber sido un buen foguista, se hizo cocinero de
barco a la fuerza, se considera un buen criador de gallos de riña y un
buen vareador de caballos de carrera.
En 1957 debutó en Radio Belgrano y poco después su
grabación de "El mensú", de Ramón Ayala, recorrería todas las radios.
Fue uno de los pioneros que inauguraron el Festival Nacional de Cosquín
en 1961, y su participación se hizo un clásico donde año tras año
presentaba nuevas canciones.
"Guitarra de medianoche", "Milonga para mi perro", "La guerrillera,
"No sé por qué piensas tú", "Regalito", "Si se calla el cantor", y
tantas otras. En 1972 filmó su primer largometraje "Si se calla el
cantor", con Olga Zubarry, que trataba del triunfo de un hombre como
cantante, luego de terribles experiencias de explotación. Luego, en
1974, dirigido por el mismo director Enrique Dawi, filmó "La vuelta de
Martín Fierro", con Onofre Lovero, un relato paralelo de la vida de José
Hernández y su obra.
Poco después tuvo que exiliarse en España tras haber
sufrido amenazas reiteradas y atentados, y se hicieron desaparecer todos
sus discos editados hasta ese momento. Volvió a la Argentina el 5 de
diciembre de 1978, y solamente un mes más tarde, el 20 de enero del 79
pusieron una bomba en su casa de la calle Nahuel Huapi en la Capital
Federal. Decidió quedarse de todas maneras, aunque debió conformarse con
realizar espectáculos en el interior del país.
Con el retorno de la democracia en 1983, volvió a los
recitales y presentaciones televisivas. El domingo 22 de noviembre de
1987 actuó en la "Fiesta Nacional de la Tradición Frente al Mar" en
Miramar, provincia de Buenos Aires, en su séptima edicion.
Amante del buen vino, creó antes del exilio, en su
casa del barrio de Coghlan el famoso y bien conocido "Templo del Vino"
donde agasajó por muchos años a sus amigos. Este sitio sufrió varios
atentados durante las décadas de violencia en la República Argentina.
Armando Tejada Gomez, un gran amigo, escribió una de
sus biografías hasta el año 1976, de la cual parte de esta reseña toma
datos históricos. Horacio Guarany relataba por teléfono desde el exilio
algunos datos, y el exelente poeta todo lo demás.
Por inconvenientes personales se fue a vivir a un
Barco y navegó por toda la Mesopotamia Argentina. Luego compró una finca
con muchos árboles añosos, entre ellos frutales. Con los frutos de éstos
su actual esposa y otro matrimonio se dedican a elaborar dulces
artesanales. Y mientras ellos recogen las frutas Horacio disfruta en su
piscina, que ya bastante trabajó en la vida, y además es su oficio el de
cantar o escribir, y no solamente canciones. Entre 1992 y 1993 escribió
tres novelas, "El loco de la guerra", "Las cartas del silencio" y
"Sapucay". |