Biografía:
Miembro de una familia de artistas, Jaime
Dávalos se destacó por su sensibilidad poética.
Para qué empezar diciendo dónde nació si lo que más recordamos de Jaime
Dávalos es su poesía. Poesía que nombra como ninguna las cosas de la
tierra, sin gastados lugares comunes, con las palabras del alma.
De todas maneras, nació en San Lorenzo, Salta (parece que para ser buen
músico de folklore hay que nacer en Salta) en 1921, y desde la cuna
tenía el destino marcado: Su padre era Juan Carlos Dávalos, nada menos.
Treinta y nueve años pasaron hasta que este salteño empezó a salir del
velo del anonimato, aunque había empezado a publicar a los veintiseis. Y
a partir de 1960 libros, y poesías, y cancioneros se sucedieron, y
también los premios y los reconocimientos.
Formó una dupla inigulable con otro salteño, Eduardo Falú. Todos saben
lo que salió de esa mezcla: la mejor letra con la mejormúsica. Y ganas
de renovar el folklore, que por ya por esos años sufría de lo que sigue
sufriendo hoy. Mal de muchos, consuelo de tontos. Junto con Manuel
Castilla y Cuchi Leguizamón, los de estos dos salteños quedan grabados
en el folklore serio de la época.
Cuentan que tocaba de oído la guitarra y el charango. Que como buen
poeta nunca pudo estar mucho tiempo quieto, y salío a buscar al el país
como dibujante, alfarero, titiritero. En cuál de esas tardes habrán
nacido las obras maestras como Río de tigres, Zamba de la candelaria o
Las Golondrinas.
Le debe haber quedado poco por vivir. Se fue en 1981.
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