SUMA PAZ -
UNA MUJER CON ALMA DE GUITARRA
Por
Carlos y Graciela Arancibia
Una trayectoria de 42
a�os, hacen de la se�ora Suma Paz una referente
indiscutible de nuestro folklore, en su canto embebido
de milongas decidoras, hondas, viscerales, palpitan
realidades y sue�os de nuestros hombres de campo,
criollos de a caballo dispersados en la pampa
"-esa tierra firme
donde no hay barrancos, ni abismos, ni aludes, ni
sismos, ni r�os tormentosos. La tierra se tiende como
una bienvenida; adelante paisano, pase nom�s a la
comarca de los cuatro rumbos donde todos se ve mas
lejos, donde nadie puede acechar ni esconderse. La
mirada tendida y el mar confiado rumian en el
pensamiento un acrisolado bien de el hombre: la
libertad-". En cada canci�n nos deja una
aroma de tr�bol, un sabor a lejan�as desoladas
hundi�ndose en el azul crepuscular, ese momento donde el
canto se vuelve rezo, desdibujando en la �ltima lumbre
los campos de la infancia.

-Dos vertientes corre
libre en los r�os de sangre de sus venas, Europa y
Am�rica, �las dos igual con la misma fuerza?
-Vaya si es as�, bisabuelo
paterno de origen franc�s y otro de nacionalidad
chilena, abuelos paternos italiano y chileno, abuelos
maternos gallegos y aborigen, m�s precisamente ranquel.
-Y el resultado de esa
urdimbre... Suma Paz, santafesina.
-De Bombal, un pueblo
cercano a Rosario, pero mi adolescencia o juventud,
transcurri� en Pergamino, por eso siento a Buenos Aires
como mi mam� adoptiva.
-Con su vientre abultado
es una provincia generosa en recibir hijos de otras
provincias, �as� la sinti� usted?
-Claro, desde muy chica
pasaba parte de las vacaciones de la escuela cerca de
San Nicol�s, en la chacra de mi abuela, un camino
arbolado ce��a la entrada y un horizonte azulado me
abrieron el coraz�n para llevar siempre conmigo esa
imagen de la pampa.
-Su abuela ranquel a
quedado profundamente marcada en su memoria, �como se
llamaba?
-Natalia Salinas, era del
asentamiento Fraile Muerto (hoy Bell Ville, C�rdoba), yo
la conoc� vieja, arrugada y encorvadita. Hab�a sido una
mujer alta, de contextura robusta como los de su raza,
se levantaba a las 5.30 de la ma�ana y con un solo dedo
dirig�a toda la chacra(graciosamente estira el �ndice
,mientras sonr�e con el recuerdo), los hijos eran un
hombrotes grandes como una puerta, ella les designaba
las tareas "-usted se me va al cuadro tal, y usted
me arregla el alambrado... -", una capataza,
cocinaba, escuchaba radio, se daba tiempo para todo,
le�a el diario sin anteojos, extremadamente fuerte,
muri� a los 107 a�os. Siempre me trato de usted, nunca
una caricia, no un mimo, pero ha sabido forjar un
recuerdo de ternura importante. Ahora a la distancia la
recuerdo muy parecida a Don Ata... con rodete (y sonr�e
picaramente).
-�En su familia hab�a
guitarristas?
-No, ni guitarristas ni
cantores, de las dos ramas hasta el quinto antecesor,
con todos los gringos de la familia.
-Solo usted recibi� el
llamado de la tierra.
-Evidentemente hay una gran
fuerza que nos convoca y nos lleva desarrollar un
destino.
-�Es dif�cil cantarle al
silencio y conseguir ese silencio en el publico?
-No es dif�cil cantarle,
solo imagino una noche estrellada en medio de la pampa,
al buscar mi emoci�n estoy buscando la del publico, si
consigo su silencio sabre que habr� pulsado las cuerdas
de su coraz�n. Fijate que a la gente se le inculco que
el folklore es para divertirse, hacer palmas, no digo
que este mal, lo malo es limitarlo, el canto que no
requiere esos recursos sea considerado solemne o
aburrido.
-En su ultimo material
discogr�fico El canto de nadie, encontramos una pintura
de esos personajes an�nimos de campo y tambi�n un
homenaje a sus milongas.
-Yo agregar�a tambi�n una
denuncia a la falta de difusi�n a la milonga decidora,
para poderla difundir tiene que haber un publico
dispuesto a escuchar, y los �mbitos que se dan en
ciertos espect�culos folcl�ricos no son aptos para
escuchar, si para aturdirse, que es diferente, escuchar
no es oir. Una milonga es una m�sica que se va
perdiendo. �Por falta de autores? No. Por falta de
cultores... no de publico, porque el que puede o quiere
oir no se le brinda el momento ni la ocasi�n. Te voy a
contar que en Cosquin'97, yo sal� a cantar despu�s de
Los Nocheros, sola con mi guitarra, a un costado del
escenario, un cambio brusco despu�s de una m�sica tan
fuerte, tan brillante, sin embargo pude observar como
fuero bajando una a una las pancartas y apareci� un
silencio hermoso, una comuni�n con el publico
emocionante.
-�Cree que van a
quedar los mismos g�neros que hab�a cuando empez� el
auge del folclore?
-El problema no es cuantos
quedaran despu�s del torbellino sino cuanto durara este,
me temo que dure mucho "-ajenas vacas arreando,
ajenas culpas pagando"-
-Que a veces son
impagables. He notado que se le pide que cante mas
temas suyos...
-Lo que pasa es que yo no
soy compositora aunque figure en mi curriculum por
generosidad de los que lo hacen, no me considero solo
por haber m�sica muy sencillita a un par de temas,
no puedo hacer un recital de mi obra porque terminar�a
siendo un recital de poes�a de y no de canciones y yo
soy cantora, mi funci�n es ser disc�pula. Los grandes
creadores necesitan que se contin�e su obra as� en el
campo cient�fico, como en el campo art�stico, cuando
ellos ya no est�n. Mi misi�n es difundir a Atahualpa
Yupanqui cuya obra es una cumbre de pensamiento
que tiene que ver con todo nuestro continente, es muy
importante que el p�blico conozca y reflexiona sobre la
vigencia de su creaci�n como una filosof�a de vida.
-�Cuantos discos ha
editado?
-No son tantos, 25 o 26, no
lo se menos mal que siempre tengo alguien eficiente
cerca para recordarlo.
-Cuarenta y dos
a�os de trayectoria siempre en la misma senda.
-Eso respondi� a unas
palabras de mi maestro Don Ata, cuando muchacha me dijo"-
Tenga un objetivo claro y un camino para llegar, una vez
que tenga las dos cosas no deje que nada ni nadie la
aparte-�. Cuando nos despedimos en abril del 92, le
pregunte si a hab�a cumplido y me dijo que si. Yo pienso
que le paso como a esos hombres que esperan al hijo
var�n y le nace una ni�a, se tuvo que resignar.
-�En los a�os sesenta se
daba el lugar necesario a la mujer dentro de los
escenarios?
-Bueno, no �ramos tantas,
por ejemplo, con Ramona Galarza ten�amos una hermandad,
ella ten�a en radio Splendid los martes y jueves un
programa de chamam� y yo los martes y viernes milongas
en radio Libertad y los seguimos a muerte, despu�s
aparece Mercedes en el '62.
-Pero ellas estaban m�s
acompa�adas.
-Ten�s raz�n, ten�an sus
m�sicos, lo m�o era mas solitario, yo era presentada
como una muchacha sola que se acompa�aba con una
guitarra, siempre trat� de estar vestida sencillamente,
con poco maquillaje, segu� los dichos del maestro
"-no se luzca usted, luzca su canto-", pero tuve
suerte, digo con toda honestidad que recib� el aporte de
todos mis colegas sin excepci�n, nunca me hicieron a un
lado por ser mujer, fue un especie de mimo, de ternura.
-�La poes�a ocupa un
lugar muy importante en su vida, cuanto libros ha
editado?
-En realidad he escrito tres
libros y edite dos, uno desapareci� totalmente, se
llamaba Pampa America, fue premiado y nunca se edito, el
segundo es Al sur del canto, y el �ltimo La guitarra.
-La mu�eca que le
pusieron entre los brazos a los seis a�os.
-Si cuando sal�a de una
convalecencia en la que me hab�a rozado la muerte y ella
me ayudo a vivir, por eso la guitarra para mi es mas que
una caja de recuerdos... claro en Don Ata es un
continente.
-Le ha escrito un poema
muy hermoso, �lo recuerda?
-Mira te voy a contar la
an�cdota de su nacimiento, est�bamos actuando en R�o
Negro con Los Chalchaleros, ellos estaban jugando al
truco mientras esperaban la actuaci�n y Ernesto Cabeza
siempre me dec�a "-... ven� sentate al lado m�o que
me traes suerte...-", una vuelta ,en esas
reuniones, me pregunta Juan Carlos Saravia "-Que es
la guitarra para vos?... porque para nosotros con el
asunto de las curvas nos parece una mujer-",
entonces yo le respond� "-como un hijo-". As�
naci� el poema con el titulo de un mate que me regalo
Fernando Ochoa, que dice� Una mujer con alma de
guitarra".
Yacente mujercita de madera
sola en tu caja negra y
olvidada,
tu muerte de �rbol no vali�
de nada,
porque eres inmortal de otra
manera.
Al alzarte en mis manos con
ternura
y entibiar con tus voces mi
regazo
eras un poco el hijo entre
los brazos
y yo tambi�n tu criatura
porque junte mi canto con el
tuyo,
en la ni�ez desde el primer
arrullo
y juntas vida y suerte nos
amarran,
ahora ya se quien soy
desde tu entra�a,
me lo ha dicho tu voz
que nunca enga�a,
una mujer con alma de
guitarra.
Mientras el cancionero
folkl�rico actual sigue aglutinando letras pasatistas,
estridencias, arreglos musicales tan especiales que
hacen de una obra magistral una desconocida, Suma Paz
nos sigue regalando la melod�a que identifica nuestra
pampean�a, como el suave murmullo de los arroyos, que
inmutables a los cambios del tiempo siguen cantando.