“MUSICA DE CUYO”: MABEL Y CHARLY
GUZMÁN
“SOMOS MUY RESPETUOSOS DE ESA
RAÍZ
FIBROSA QUE ES LA MÚSICA CUYANA”
Por Carlos Arancibia
Al
igual que el viejo algarrobo abuelo que cada año se
renueva en doradas vainas, el añoso árbol de la música
cuyana parece renovarse en los nuevos frutos de cuecas,
gatos y tonadas en el armonioso canto de Mabel y Charly
Guzmán. Compadres oriundos de Villa Mercedes, San Luis
con varios discos editados están a punto de estrenar
“Música de Cuyo”, un nuevo trabajo discográfico
acompañados de sus hijas María Cielo y María Jesús, una
familia dedicada al folklore, por ese motivo se
rebautizarán Los Guzmán.
¿Siguen vigentes en Cuyo los dichos “Casa por medio un
guitarrero” o “Si se tira una guitarra al aire nunca
llega al suelo”?
C-Totalmente.
Y precisamente es Villa Mercedes cuna de grandes
guitarristas. La guitarra es el instrumento con el que
me desenvuelvo mejor, el que me permite trasmitir
emociones. Tengo la sensación que a través de mis manos
pasa toda la energía que me viene del corazón. Siempre
va a estar la viola presente en la música que
hago…Aunque mi señora se enoje, es mi otra mujer.
M-¡Lo
tengo que compartir y no quiere que me enoje!
(risas).Nosotros tratamos de mantener nuestras raíces en
cada tema. Aunque introduzcamos otros instrumentos no
tradicionales, otra armonía. No es casual que en este
trabajo hayamos grabado temas clásicos pero con arreglos
nuevos.
C-Somos
muy respetuosos de esa raíz fibrosa que es la música
cuyana, venimos de esa Calle angosta y a partir de ahí
decimos: En los Álamos comienza nuestra historia, pero
continúa, no termina en el Molino, como dice la cueca.
Adaptamos lo que sentimos a estas cuestiones, a estas
vivencias cuyanas.
-Hablas de la transición entre la música de Don Buena,
Alfonso-Zavala, el Chocho y ustedes. ¿Notás que eso
mismo se da entre ustedes y sus hijas?
C-No
sé si nuestras hijas son un caso especial. Desde la
panza de Mabel han crecido escuchando nuestros sonidos.
Les gusta mucho la música cuyana y como la hacemos
nosotros. Por supuesto también los nuevos referentes
como Jorge Viñas o el negro Villavicencio. Habiendo
escuchado lo tradicional y la información nueva tal vez
sea más fácil el camino para ellas, porque están más
enriquecidas que nosotros.
M-En
este nuevo disco han puesto su música. Maria Cielo toca
el piano en varios temas, y María Jesús hace coro
en otros. Pensemos que están viviendo un tiempo
nuevo. Si bien en casa escuchan Los Cantares de la
Cañadita, Carnota, u otras vertientes nuevas, van
haciendo su propio concepto musical.
-Contame
de la Villa Mercedes de hoy y de ayer.
M-
Hoy es una ciudad en la que hay que luchar mucho
artísticamente, la gente trabaja tanto que no se da
tiempo para asistir a un espectáculo. Muy distinta a la
realidad que nos contaron nuestros viejos, debido al
progreso que ha tenido desde la época que nacía la tan
nombrada calle angosta por donde han pasado muchos
músicos, poetas dejando un rastro muy importante. Un
bello tiempo vivido por nuestros mayores, del cual
nosotros mamamos y lo tenemos impreso dentro nuestro.
-¿Que secretos guarda esa Calle Angosta?
M-Toda
la tradición de Villa Mercedes. Todo lo que los cuyanos
dicen y hacen está registrado en ella. De allí
salieron los grandes cuyanos con sus guitarras, sus
punteos tan particulares, sus serenatas. Esos cogollos,
nacidos cuando se juntaban los parroquianos para hacer
un descanso durante el día, cuando tomar una guitarra
era su diversión. Y se quedó con su vereda sola, su
calle adoquinada, sus casas humildes manteniendo su
esencia, el boliche “Don Miranda”que ha tratado de
mantenerse en pie pese a los difíciles momentos, y sigue
mostrando cada semana a los cantores que siguen
llegando, en especial a los cuyanos. Un rinconcito
donde late la historia musical de Cuyo.
-¿Quiénes han sido sus maestros en el camino de la
música?
M-Don
Ramón Godoy, mi padre fue mi primer maestro. Después me
mandó a aprender música. Todavía pese a sus años agarra
su guitarra y canta o lo hacemos a dúo. Un privilegio
para mí. En cuanto a Charly fue Antonio Loyola, su tío
de parte de madre quien le enseñó los primeros acordes.
C-
Un verdadero maestro en todo sentido de la vida, de la
música, si no hubiese sido por él, quien sabe que sería
yo… ¡Capaz que trabajaba!........ (Risas). Tenía 8 años
cuando empezamos con la guitarra…me llevaba a todos
lados para que lo acompañara. Por suerte desde niño me
he codeado con tantos músicos.
-¿Recuerdas que tocaban?
C-¡Como
si fuera hoy! Lo acompañaba en “Niña de San Ignacio”,
una canción de Guarany o temas de René y Daniel, un dúo
que había sacado un disco y nosotros tratábamos de hacer
algo parecido. Pero ellos tocaban demasiado y yo era un
pibe que recién comenzaba a acompañar, pero me las
arreglaba como podía. Creo a la distancia que bastante
bien… ¡Que bellos recuerdos con mi tío! Por el año 88
fui a Buenos Aires donde estudié con Roberto Calvo. Yo
tenía muchas ideas dándome vuelta en la cabeza. A el le
debo saber ponerlas en orden. Me enseñó armonía, que
aplico mucho aquí. Otro maestro fue Sergio Muriel, un
pianista del que aprendí mucho de cifrado, la lectura
musical. Pocos maestros pero buenos.
-¿Enseñan música?
M-
Sí, Charly tiene alumnos. Tenemos poco tiempo pero
siempre encontramos el modo de dar clases de canto, bajo
y guitarra. Lo que tratamos de enseñar no es solo
técnica sino la forma de escuchar la música, el modo de
querer lo nuestro haciendo hincapié en eso. Yo he
tenido talleres en escuelas, el lugar ideal para no
dejar que se pierdan nuestras raíces, porque hoy los
chicos tienen la falencia de no tener música en el
colegio, al menos en Villa Mercedes, tan necesaria para
el espíritu. Por eso en cada oportunidad les hemos
enseñado a querer las tradiciones nuestras, que es la
Calle angosta, El Molino, las letras, sus autores.
-¿Les gusta la docencia o es muy ingrata?
M-A
mí me encanta trasmitir un montón de cosas que llevo
dentro de mí. No es lo mismo dejárselas a las hijas que
a un grupo de 30 chicos de una escuela. Es impagable
ver que la historia que uno le está narrando le son
ajenas porque a veces los padres no lo han hecho. En
cuanto a Charly, el tiene mucha afinidad con los
adolescentes. Les enseña desde otro punto de vista,
aunque siempre con la misma intención de enriquecerlos.
C-Me
gusta la docencia. Yo estoy estudiando profesorado de
música, me gusta estar rodeados de chicos. Hace 2 años
gané una beca”Becas Arte Siglo XXI” de un concurso de
música de San Luis, en el que hay que presenté un
proyecto de trabajo, composición, arreglos, hice
recitales didácticos en escuelas de Polimodal, formé un
grupo cuya particularidad era invitar a los chicos que
se sintieran capaces de tocar con nosotros, a subir y
cantar o tocar a la parrilla. Se armaba una comunión
muy interesante, una energía renovada.
-¿Te recuerda algún momento donde los mayores te
invitaron a subir?
C-No.
Antes no invitaban. Había más distancia. Hasta el día
de hoy nosotros somos jóvenes, pero no tanto y la gente
mayor de Cuyo se sienten un poco dueños de la cuyanidad,
no nos participan de sus cuestiones. Por lo tanto
nosotros que somos una generación intermedia no queremos
que eso suceda con los más jóvenes. Esa es la consigna.
-¿Te llevas sorpresas?
C-Muchas
y muy buenas sorpresas. A veces te hacen decir ¡Cómo
toca ese pibe! o ¡Cómo canta! Y seguros son invitados
para nuestros espectáculos. Al hacerlos participar
sentimos que esa integración está borrando tal vez
viejas heridas.
-Olvídense del dúo. Cuéntenme de la impresión del
compañero.
C-Mabel
es una buena cantora, elige bien el repertorio, bien
afinada, buen color de voz. Es bello acompañarla en
especial cuando canta zambas como “La pomeña”. Claro que
a veces hay que renegar bastante para ponernos de
acuerdo en un arreglo pero son cosas de la vida en
común. Es bárbaro hacer música con la compañera de
vida. Eso ha fortalecido no solo nuestra unión musical,
sino también familiar. A nuestras hijas les impregnamos
esa esencia a tal punto que hoy la música es un punto
más de reunión.
M-Es
un perfeccionista constante, siempre dispuesto a
afinar la oreja escuchando nuevos arreglos, e intentando
encontrarse con los propios. Esa es la forma de
progresar. El dúo no es algo estancado, siempre
tratamos de sumar cosas. Al conocernos supimos
inmediatamente que íbamos por el mismo camino, que
compartíamos la misma visión. Cada uno desde su
interior creo un lazo que lleva 22 años. No es tarea
fácil estar con Charly Guzmán… Siempre que miremos para
el mismo lado y tengamos la misma meta nuestra música
será auténtica.
--Hablemos
del nuevo disco ¿Cómo se llama?
C-Lo
bautizamos “Música de Cuyo”. Tiene 15 temas...casi todos
dentro del repertorio cuyano, salvo algunas perlas del
folklore nacional que nos estábamos debiendo
como “La atardecida” de Falú y Castilla, Para
mis pagos un gato de Orlando Gerez y Fortunato Juárez, o
“Criollita santiagueña” de Atahualpa Yupanqui.
-¿Y
de sus pagos?
M-De
nuestra tierra cantamos gatos cuyanos como“El chulengo”
de Oscar Valles-José Zavala, o “Casa por medio un
guitarrero” de Zavala. Entre las tonadas no fue nada
fácil elegirlas a “Nada
más que una tonada” perteneciente a
Valles y Villavicencio y “Tal
vez un día” de Mario Bravo
-¿Y las cuecas?
C-No
podían faltar ¿no? Grabamos “La
Refranera “ y
“La Vinajera”, las cuecas de Félix Dardo
Palorma, “Entre Córdoba y Mendoza”del Chocho
Arancibia, “Allá
por San Rafael” de R.Lareu y Jorge
Viñas).Y un clásico cuyano como la canción “La
Virgen de la Carrodilla” perteneciente a don Hilario
Cuadros.
- ¿Y de la
autoría de ustedes?
M –De
nuestra autoría
incluimos
“Cueca pa Doña Petrona” con letra de don Jesús Liberato
Tobares y música del dúo, “Si dices bailar la zamba” y
“Zapateando la tierra”una chacarera de Oscar Sosa Ríos y
música de Charly. El disco está terminado, digamos
master, gráfica etc. Solo falta un dinerito que no es
poco para hacer la edición de los compactos.
-¿En este
trabajo participan todos “los Guzmán”?
M-¡Si!!!!!Entre
otros músicos participan nuestras hijas Cielo en Piano y
María Jesús como invitada en “Criollita santiagueña”.
Estamos felices con esa intervención, por eso decidimos
hacer extensivo nuestro nombre a partir de ahora nos
llamaremos Los Guzmán.
-
Charly músico ¿Que le diría a su guitarra?
C-Que nunca me
abandone ¡Por favor! Porque si lo hace me muero. Yo creo
que ella es mi otra compañera, está siempre conmigo.
Ella me ha dado vida, muchos amigos. Siempre le pido a
Dios que no vaya a privar de tocarla, que siempre tengas
estas dos manos para acariciarle las cuerdas a mi viola.
-¿La mira celosa
a tu viola Mabel?
C-No,
se llevan bien las dos mujeres que tengo, imagínate que
conviven en la misma casa (risas).
Compañeros
entrelazados en el canto y la vida trasmiten su
cotidiano amor a nuestras tradiciones en cada frase, en
cada acorde. Mabel calzándose su ropaje de calandria y
Charly con su guitarra estremecida, desgajando en el
aire una tonada.