Con la sangre
arraigada de milongas Miguel Duré fraybentino, con el
corazón nostalgioso de río y cuchillas, de canoa y pisadero
deja en cada escenario el hondo decir del pueblo uruguayo.
Muchos anos de permanencia en nuestro país lo hacen de dos
orillas pero de un solo sentimiento en cada una de sus
canciones flamea la bandera del compromiso social.
“Digo nomás” es el
disco esperado con milongas, chamarritas y candombes, es el
que yo hubiera querido grabar desde el primer momento me
acompañó en percusión el trío de tambores “los Cruz”, y como
invitado Washinton Fernández, además de Osvaldo Lagos en las
guitarras y la dirección musical. Fue una cuestión de
productores que imponen cierto estilo, se llamó “Corazón de
piedra”, al segundo disco “Tiempo de cantar” lo grabe en
forma independiente y ya traía varias milongas pero ninguno
de mi autoría, así que en este tercer material lo pude hacer
a corazón abierto. Fue armado con tiempo muy bien pensado en
la cuestión guitarrística con un título que comprende una
forma de decir de mi pueblo.
-¿Qué te
decidió venir a nuestra tierra desde Uruguay?
-En primer lugar me
quería hacer famoso… (Risas) siempre listo para cruzar
paredones. Me vine en el año 84, es decir que en toda mi
vida estuve más tiempo acá que en Uruguay. Vine a hacer
música, empecé en la peatonal junto al compañero Arjona.
Faltaba mucho para que él sea famoso, andaba de gira con
González. Hacíamos unas juntadas preciosas después de
nuestras actuaciones callejeras. Cualquier lugar era bueno
para mostrar mi música. Primero vine solo después llegó la
familia, como uno debe hacerse cargo me obligó a decidirme a
tener otro trabajo sin dejar de llevar adelante lo que uno
sabe hacer que es milongas, un gran compromiso que digo a
través del canto. A eso apuntaba desde mi venida después de
derribar varios paredones estoy logrando entrar lentamente
en algunos escenarios.
-¿Te fue
difícil siendo de Fray Bentos cantar cuando se estaba
confrontando por el tema de las papeleras?
-Es algo que todavía
está vigente aunque no aparezca en tapas de diarios, porque
el corte sigue tan fuerte como el primer día. No me fue
difícil porque no estuve de acuerdo con la papelera como
tampoco lo estuve con el corte. De esa manera no sentí
ningún rechazo. El público acepta mucho mis chamarritas, las
milongas, siempre recuerdo mi origen en el escenario y el
aplauso está presente, yo creo que los uruguayos en general
somos bienvenidos a este país.
-¿Una infancia
acunada con chamarras, milongas, candombes?
-Más con milongas.
Mi abuelo fue uno de los fundadores del frente amplio en
Fray Bentos, lastima que se murió sin ver a su partido en el
gobierno. Yo vengo de los tiempos en que se escuchaban los
discos de vinilo de Alfredo Zitarrosa, para luego
resguardarlos en una bolsa de nylon para no ajarlos y se los
guardaba celosamente porque si llegaba la redada sorpresiva
, se lo llevaban… a los discos y al oyente. El abuelo
siempre me decía que prefería que lo metan preso pero que no
le rompan los discos, desde ese momento empecé a amar esa
música. Cuando tuve la oportunidad de conocer a Don Alfredo
en su vuelta del exilio en Gualeguaychú la amé más todavía.
-Contanos como
sucedió.
-Fue a hacer “La
noche del abrazo celeste y blanco”, y yo pude compartir con
él toda una tarde a las orillas del río Gualeyán, guardando
en mi corazón para siempre la anécdota. A mí me llevó como
percusionista un compañerazo Raúl Escobar, hoy fallecido,
un gran cantor de milongas. Cuando don Alfredo preguntó
quien era el uruguayo que iba a actuar esa noche, al verlo
se dieron un abrazo interminable como si se conocieran de
toda la vida, tal era la necesidad de Zitarrosa de
encontrarse con sus compatriotas. Te imaginas yo quietito y
emocionado, entonces Don Alfredo le pregunta a mi amigo
Raúl que iba a cantar esa noche – “Yo voy a hacer un
candombe”- le contesta. Curioso le dice –“¿Usted
cree que a los entrerrianos les va a gustar?”- A lo que
Raúl le contestó-“Si no les gusta, ellos se lo pierden, mi
decisión está tomada.”- Don Alfredo emocionado lo abrazó
diciéndole -“Lo felicito compañero, nunca se arrepienta
de lo que canta”-Esa frase me quedó para toda la vida.
Desde ahí arranqué con la milonga, llevando el estilo que
hacía Don Alfredo, y aunque aparecieron varios imitadores
asemejándose bastante, yo traté de mantener el estilo de
hacer milonga del Uruguay.
-¿Como se ve
el folklore argentino desde tu país?
-Muy bien. En los
colegios se cantan y bailan zambas. Todas las que sabía
cuando vine a este país las aprendí en el colegio de gurí,
en ninguna fiesta escolar faltaban junto al pericón nacional
las chamarritas junto a los candombes ejecutados por
conjuntos armados por alumnos.
-Hablemos de
“Digo Nomás”en donde ejecutaste hasta un joropo.
-Sí, cante un tema
de Violeta Parra que yo adapté a un ritmo aire de joropo,
hice ese arreglo, puse el cuatro primera y segunda guitarra
y guitarrón, espero les guste. En este disco aparezco como
autor en Digo nomás que le da nombre , obra de la nostalgia,
lejos de casa, de mi madre, me puse a recordar mi pago, la
casa muy humilde situada a cuadras del río, tan cerca de mi
infancia…Yo era pescador desde la orilla. Mi papá estuvo
conmigo hasta los 7 años solamente, después fue mamá la
encargada de criarme. Pescaba mucho dorado, carpas, bogas,
sábalos, pejerreyes en esa época, desde chico aprendí a
filetearlos, ahora con el compañero de mamá me volví
pescador de río adentro. Una infancia linda a la vera del
río juntando naranjas en medio de las cuchillas, aprendiendo
las tareas rurales, manejando el tractor, primero por
diversión después como trabajo. También trabajé en los
pisaderos del horno de ladrillos que tuvo mi hermano hasta
que se instaló una corporación y se fundió. Del recuerdo de
mi hermana, mi amigo “Distancia, digo distancia, paredón
de soledades, huellas y llanto en el camino” Aquella
distancia que desaparece al recordar alguien querido la
volqué en esta canción.
-Incluiste
“Milonga viuda” un tema precioso en homenaje a Zitarrosa.
-Sí, Miguel Capella
le rindió un verdadero homenaje a Don Alfredo, lo máximo sin
dejar de lado a otros grandes autores como Osiris Castillo
o Aníbal Sampayo. También grabé “Mate lavado”, “Milonga
bella”, “El parche”, “Pájaro de rodillas”, “Tibia 4 de
abril”, entre otros.
-¿Que pasa con
la música folklórica del Uruguay?
-Está difícil la
situación porque lo nuevos grupos están tirandose para el
lado de Venezuela, a través de la música difundida por los
Olimareños se ejecuta mucho el joropo, el canto popular está
más orientado por el lado de la trova, estilo Trova cubana.
Cantores de milonga hay muchísimos pero les cuesta mucho
acceder a un escenario. Yo sé que con este disco me cuesta
entrar en mi propio pueblo, felizmente en la radio está muy
difundido. Armar un espectáculo auspiciado por la
municipalidad como pasó en el Festival de la costa fue muy
difícil, después de mucho trajinar a veces logro cantar y el
público responde, le gusta mi estilo.
-Que bien
suenan tus canciones en el guitarrón.
-Me vi en la
obligación de estudiar guitarrón porque mis compañeros hacen
la primera y segunda guitarra, yo hacía la base, cuando les
pedí que tocaran guitarron se negaron porque dijeron que yo
conservo el estilo uruguayo, porque ellos son argentinos, me
lo hicieron creer pero me gustó hacerlo.
-¿Que es el
candombe para el uruguayo?
-Un sentimiento, una
forma de llevar adelante aquellas grandes protestas de los
hermanos negros, tan vapuleados, todas esas cosas a que le
cantaban en un candombe…era su manera de divulgar sus
sufrimientos y ahí nomás le sigue la milonga y el tango.
-¿Estás
cantando tangos?
-Si, con algunos me
animo, especialmente con los clásicos de la guardia vieja
“Contramarca”, “Vieja viola”, “Bandoneón arrabalero”, “Los
mareados”, “Por una cabeza”. Gracias a ellos he tenido la
probabilidad de tocar en los bares notables porque exigían
que incorporáramos tango con milongas criollas y candombe.
Tuve bastante trabajo con eso porque han surgido varias
actuaciones, de 2 pautadas terminé haciendo como 20, ese es
el verdadero termómetro que lo que le gusta al público.
Después vinieron varias invitaciones como la del amigo
Morgado para actuar en sus espectáculos, donde he cantado
tangos y milongas de Osiris, de Néstor Feria, de Zitarrosa.
-Te animás a
tomar ciclos como los del Empujón del diablo o El gato
negro. ¿Vas a hacer festivales?
-Hace poco estoy
trabajando con gente que está tratando de hacerme entrar en
distintos festivales. Este año, después de ir tantas veces a
Cosquín como espectador, me animé con las peñas, eso me hizo
dar cuenta que mi música gusta bastante. En la zona de
Olavarría o Azul o de Tandil donde ya participé de cuatro
encuentros seguidos de los zitarrozianos que organiza Néstor
Di Paola y Nito Franco me han incorporado como un
tandilense más. Se torna difícil entrar con mi propuesta
porque los organizadores de festivales tienen el concepto
que el escenario debe estar siempre muy arriba con la
música, será hasta que se den cuenta que es un gran
disparador la milonga.
-Este disco es
independiente.
-Si, por no cambiar
mi repertorio no estoy en un sello muy importante, aunque
les gustaba mi estilo me querían imponer sus milongas. Está
muy bueno cantarle al paisaje, al caballo, a los árboles
pero yo siento que está el otro compromiso, el compromiso
social, entonces me dijeron que no. No me arrepiento cuando
uno hace canciones de un cantor tan comprometido como Don
Alfredo Zitarrosa se tiene que llevar en alto la bandera del
compromiso social.
-¿Tenés pagina
en Internet?
-Si, la realizó mi
amigo Jorge Iglesias, autor del “candombe p´al abuelo”, que
está residiendo en España, la dirección es
www.migueldure.es.tl., gracias a ella pude ir a tocar a
Paysandú, los pagos de Anibal Sampayo, y la comunidad latina
en España se han contactado para ver si el año que viene
puedo ir a cantar por allá, el tiempo lo dirá.